La historia de las copas internacionales verá una final inédita en Budapest, Hungría. El equipo italiano de la Roma se medirá ante el Sevilla, en el duelo que definirá al campeón de la Europa League, a las 15:00 horas de Chile.
Un enfrentamiento que mide a dos invictos en competencias de esta envergadura. Por un lado, está el controvertido técnico del cuadro, el portugués José Mourinho, quien nunca perdió una definición internacional en sus más de 20 años como director técnico.
Porque el lusitano ha logrado todo tipo de las competencias organizadas por la Unión Europea de Fútbol, UEFA. En 2003, logró la Copa Uefa (antecedente de la Europa League) con el Porto de su país tras vencer 3-2 a Celtic de Escocia, en la final.
En la temporada siguiente, se llevó la Champions League con el mismo equipo de los Dragones, después de doblegar por 3-0 al Monaco de la liga francesa.
Tuvieron que pasar seis años para que consiguiera su segunda estrella en la máxima competencia. Esta vez lo hizo con Inter de Milán, que ganó la Liga de Campeones en 2010 luego de vencer 2-0 a Bayern de Múnich, en el Santiago Bernabéu de Madrid.
A pesar de su discreto paso por Manchester United, Mou logró llevar a los Diablos Rojos a una nueva corona continental, tras vencer 2-0 a Ajax de Ámsterdam en la final de la Europa League de 2017.
Su última corona fue con la Roma, la anterior temporada, cuando logró la primera Conference League de a historia después de ganar por la cuenta mínima a otro cuadro de Países Bajos, el Feyenoord de Rotterdam.
“La historia no juega y mi colega Mendilibar (técnico de Sevilla) piensa distinto porque cree que la historia lo hace favorito. Es una opinión que se debe respetar. Estamos en esta final porque lo hemos merecido. No tenemos la historia o la experiencia de otros. No es algo corriente estar en una final europea, aunque nosotros tuvimos una el año pasado, Es histórico”, dijo el ácido entrenador luso en la antesala de la final.
Sevilla es el rey
Y si el palmarés del DT de la Loba merece respeto, el de su rival provoca mucho más miedo. El equipo andaluz es el equipo que más veces ganó este torneo en la historia, con seis coronas.
Más aún, el elenco nervionense disputó seis finales y las ganó todas. La primera fue en 2006, cuando goleó 4-0 al Middlesbrough inglés en la final. Al año siguiente repitió, esta vez ganó a Espanyol de Barcelona en los penales.
Después de esas dos primeras coronas realizó otro hito, luego de vencer en ediciones consecutivas la corona en 2014,’15 y ‘16. En esas finales se impuso a Benfica de Portugal en los penales, a los ucranianos de Dnipro Dnipropetrovsk (3-2) y a Liverpool (3-1); respectivamente.
Su última final fue ante el Inter de Milán de Alexis Sánchez y el técnico Antonio Conte, al cual venció 3-2 en la definición de la corona, en el estadio Rhein Energie de Colonia, Alemania.
“La historia está ahí y no miente. El club en esta competición ha sido el mejor equipo. Están los títulos ahí. Pero la historia no gana finales y los piropos, tampoco. Es el rival más difícil porque ha llegado a la final. No tenemos ventaja ni desventaja con ellos”, dijo el técnico de los andaluces José Luis Mendilibar, quien dirigió a Fabián Orellana en el Eibar.
Salpica al Betis
Pero el posible nuevo logro del cuadro sevillano tiene un sabor amargo para su archienemigo, el Betis del técnico Manuel Pellegrini y el meta chileno Claudio Bravo.
Al margen de la rivalidad histórica, en esta temporada, el equipo nervionense hizo lo que los béticos no pudieron. El cuadro del Ingeniero se fue de la competencia en octavos de final, cuando cayó de manera inapelable ante Manchester United en la ida (4-1 en Inglaterra) y en la vuelta (1-0 en Sevilla).
Precisamente, el cuadro de los Diablos Rojos fue el oponente del finalista español en cuartos de final. Los dirigidos de Mendilibar empataron 2-2 en Old Trafford y golearon 3-0 en España, lo que hizo un poco más amarga la eliminación del equipo verdiblanco.