Estadísticamente iguala el mejor de su carrera, porque en 2019 derrotó al alemán Alexander Zverev, en el ATP de Múnich, cuando éste era el tercero del mundo. Pero por el escenario, por el rival, por el significado de lo que hizo, perfectamente se puede decir que el triunfo de este jueves de Christian Garin ante Daniil Medvedev (3° ATP) es el más valioso en la trayectoria de Gago. Un 6-4, 6-7 (2) y 6-1, que lo mete en los cuartos de final del Masters 1000 de Madrid.

El chileno, que venía de doblegar al alemán Dominik Koepfer, mostró de entrada sus credenciales en arcilla ante un ofuscado ruso, que en cada punto perdido dejaba algún gesto de desagrado. Garin, impertérrito, rompió el quiebre de su rival en el tercer juego y con eso le alcanzó para llevarse el primer set por 6-4. Para anotar, el manejo de las velocidades de Gago con sus impactos y especialmente con su servicio: muchas veces optó por restar velocidad, buscando más ubicación ante un Medvedev que siempre se paró muy atrás para recibir. Su rival nunca se acomodó a eso.

El tenis es de señales. Y eso también jugaba en favor de la primera raqueta nacional. En los descansos, siempre saltaba primero a la cancha, mientras el europeo esperaba un poco fastidioso en su sillón. Ni siquiera la interrupción por una pequeña hemorragia nasal del ruso alteró los parámetros del pupilo de Franco Davin, quien hasta ese momento tenía respuesta para todas las pruebas que le ponía el segundo preclasificado del torneo.

Medvedeev entendió que para derrotar a Garin debía ser más extremo con sus tiros. Forzar la jugada. En el segundo set, el ruso se encontró también con un adversario firme desde servicio. Lo cierto es que ambos jugadores se apoyaron bien en sus turnos de saque, aunque siempre las sensaciones eran más positivas para el 25° del planeta. El moscovita, en su intento por jugar más profundo, fallaba mucho más, pero se mantenía en juego y llegó a estar 5-4 y 6-5 en la manga. Dos juegos en los que metió presión de verdad, pero donde el Tanque respondió con golpes sólidos y hermosos puntos, para llevar la definición al tie break.

Su primera doble falta del partido le planteó un problema a Gago, que se quedó 1-4. Por más incómodo que se sienta en la arcilla, el tercero del ranking es un animal competitivo y no iba a desaprovechar la chance. Sin dar opciones de recuperación, cerró el desempate por 7-2 y estiró el juego a una tercera manga.

Con una hora 42 minutos de partido, se inició el tercer set. Con la tensión al máximo y con ambos tenistas exigiéndose al límite. Garin desaprovechó un punto de rompimiento en el segundo juego, mientras que Medvedev amenazó en el tercero. Intercambio de golpes firmes, paleteos largos y un chileno que sólido desde sus golpes y mentalmente. Gago no perdonó en el cuarto y después de tres chances capitalizó el segundo quiebre de todo el cotejo.

El ariqueño confirmó su buen momento y se puso 4-1 en el set, con el horizonte abierto para meterse en cuartos de final de un Masters 1000 por segunda vez en su carrera (antes lo hizo en París 2019). Primera vez, eso sí, en polvo de ladrillo. Todo estaba en la fortaleza emocional, esa que nunca se le escapó a Garin, ni siquiera en los pasajes más complicados. Medvedev ya estaba ido, doble o triplemente molesto. Con dos dobles faltas y una devolución extraordinaria de su rival, entregó nuevamente su servicio. La mejor raqueta nacional servía 5-1 para abrochar su victoria.

Nada sacó de foco a Garin. Ni la impresentable falla con la red, que suspendió el partido por unos minutos cuando el juego decisivo estaba 40 iguales. Nuevamente las señales: el ruso sentado esperando y el chileno de pie, ansioso por retomar el juego y cerrar. No dudó, tras el retorno, dos puntos consecutivos para firmar un 6-1, en 2 horas 29 minutos de juego. Brillante y demoledor. Inolvidable para el tenista nacional.

Ahora espera ganador entre el italiano Matteo Berretini (10°) y el argentino Federico Delbonis (77°). En el ranking, en tanto, ya aseguró un salto al puesto 22, pero eso es lo que menos le importa posiblemente.

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