Christian Garin (98º) regresaba al ATP 500 de Río de Janeiro, torneo que ganó en 2020 y que le permitió dar un salto de calidad en el circuito y transformarse en uno de los jugadores más peligrosos sobre polvo de ladrillo del mundo. Un festejo que se dio semanas antes de que el mundo se congelara por la pandemia y que mostró una de las mejores versiones del chileno. Tres años después, el Tanque, nuevamente con Andrés Schneiter en el banquillo, buscaba reencontrarse con su juego en ese mismo escenario que le dio tantas alegrías. Sin embargo, deberá seguir en ese peregrinaje.
El insalvable escollo fue el español Pedro Martínez (76º), un adversario áspero y muy batallador, sobre todo en arcilla. Sin embargo, a favor del Tanque había una experiencia previa reciente y positiva, la que se registró hace un par de semanas en Córdoba, un certamen en el que Garin ilusionó por momentos, pero en el que terminó diluyéndose ante sus dudas en un increíble partido ante el portugués Joao Sousa. En la ciudad del carnaval, esta vez la historia no fue favorable. Así, el 7-6 (0) y 6-4 fue otro mazazo para la confianza del chileno, en un duelo en el que otra vez la posibilidades se escurrieron una tras otra.
Por eso la misión en Brasil era ser capaz de mantener la consistencia e intensidad por el mayor tiempo posible y no solo por algunos pasajes. El comienzo fue positivo, ya que tras ganar su servicio, en el siguiente luchó y rompió el saque del hispano tras venir de un 40-15 abajo. Luego mantuvo el suyo y tomó una ventaja de 3-0 ante un rival bastante errático. Todo parecía bien encaminado, pero otra vez aparecerían los fantasmas.
“No le pegái a ninguna”
No obstante, esa falta de regularidad nuevamente apareció: pasó de estar con un punto de quiebre a favor para ponerse 5-1 a perder su servicio en el séptimo juego y en el noveno juego, pasajes en los que Martínez tomó la iniciativa y jugó tiros mucho más profundos ante un Garin que fue perdiendo intensidad y que cada vez que pasaba el tiempo se fue viendo más fastidioso con el entorno.
A pesar del sombrío panorama, tuvo la suficiente capacidad para zafar de un punto de set y después recuperar el quiebre. Luego, salvó dos puntos de ruptura en el game siguiente, siendo mucho más agresivo con sus golpes, lo que le permitió soltar su derecha para abrir la cancha y definir con el revés. La combinación lo llevó incluso a disponer de tener un punto para quedarse con la primera manga, pero el español logró salir del problema y forzar el tie break.
El desempate fue una clara muestra de los problemas que Gago ha enfrentado en los últimos dos años y medio. Una suma de dudas, malas decisiones y también aciertos del rival hicieron que el nacido en Arica no ganara un solo punto, dejando escapar el parcial tras una hora y media.
El segundo capítulo comenzó con el tenista nacional quebrando de entrada, pero otra vez duró muy poco esa ventaja. En el juego siguiente el español rompió en cero y niveló el partido. Ya, a esas alturas, el exnúmero 17 del mundo no encontraba una salida. Vociferaba y lamentaba cada error no forzado. “No le pegái a ninguna”, se escuchó en algunos pasajes del encuentro. Por otro lado, un nuevo quiebre comenzaba a complicar en demasía las cosas.
A pesar de eso Garin se dio una nueva oportunidad y fue a buscar la ruptura que lo mantuviera con vida en el partido. Volvió a ser agresivo con sus tiros y eso le permitió conseguir el ansiado premio, pero esa alegría se volvió a esfumar con rapidez. Martínez, moviéndolo de lado a lado, quebró otra vez y selló una victoria importantísima para él, en una semana en la que, por el desfase del ranking, defiende el título del Chile Open 2022, precisamente la próxima estación del mejor tenista nacional, quien tendrá una nueva oportunidad para recuperar la confianza e iniciar el ansiado repunte en el circuito.