Christiane Endler es la mejor futbolista chilena de la historia. La guardameta es, por añadidura, la máxima referente de la Selección femenina. La temporalidad, en todo caso, depende de una decisión crucial: se mantendrá en presente si la golera del Lyon decide volver al combinado nacional. Por el momento, su renuncia vigente obligaría, en rigor, a hablar de esa condición en pasado.
La golera mantiene las aprensiones que la alejaron del equipo nacional. En su mayoría, tienen que ver con desprolijidades en las condiciones con las que cuentan las jugadoras para el desarrollo de su trabajo. Habituada a las que ofrece un medio más profesional como el europeo, sigue esperando mejoras.
Las carencias
Tiane aboga por nivelar la realidad de la Selección con medios más desarrollados. O, cuando menos, con conseguir condiciones de trabajo que le parecen mínimas. “Todas crecimos con el sueño de representar a tu país, de estar ahí, de tener esa camiseta, para nadie es fácil tener que dejarlo por malas condiciones o injusticias, diferentes razones”, introduce, en primera instancia, en un diálogo con CNN Íntimo.
Luego, aborda derechamente su determinación de dejar de vestir la camiseta de un equipo que, en rigor, ayudó a construir. “Cuando decidí retirarme el tema fue que soy una traidora, que abandoné el grupo, que lo dejé tirado, y nadie fue al punto de por qué lo hice. Fue una acumulación de muchos años de tratar cambiar las situaciones en las que en un año vuelves a lo mismo y todo lo que avanzaste (lo) retrocedes”, rememora.
También admitió los costos que tuvo que pagar en todo sentido por su permanencia en el equipo nacional y, por contrapartida, lo que buscaba recuperar al separarse de la escuadra. “Hay momentos en que hay que priorizar su salud y bienestar por sobre lo que te da la Selección”, acota.
En ese contexto revela las necesidades que vivía junto a sus compañeras. “No pedimos nada del otro mundo: tener una ducha caliente, baños disponibles, o un gimnasio sin colchonetas con hongos (…). O no traer mucha gente sin experiencia a cargos importantes”, detalla.
Igualmente, abre la puerta a un eventual regreso. “Nunca he dicho que estoy cerrada a volver a la Selección y que por ningún motivo lo voy a hacer, pero necesitaba un período de descanso”, concluye, en una postura que, al menos, le abre una ventana al reencuentro de Las Rojas con su figura más emblemática y la que ha alcanzado la estatura más alta a nivel internacional.
El día en que se fue
La guerra entre Endler y la ANFP se desató en plenos Juegos Panamericanos. La portera no pudo jugar la final del certamen, pues no había recibido la autorización de su club. La definición por el oro en Santiago 2023 excedía la fecha establecida en el calendario FIFA, por lo que los clubes no estaban obligados a ceder a las jugadoras. “Me voy contenta, feliz de asegurar una medalla. Conseguir la primera, es algo increíble, ya me puedo retirar tranquila de la Selección. No hay mejor manera de retirarse que esta. Es el momento de pasar a otra página, es un ciclo cumplido”, dijo esa vez, frente a la incredulidad y la sorpresa de quienes la escuchaban, tras el choque frente a Estados Unidos. Frente a México, el arco nacional fue defendido por la delantera María José Urrutia. La golera suplente, Antonia Canales, había vuelto al Valencia, por el mismo motivo que Tiane.
Ese fue el corolario de una división que nace, precisamente, en las carencias que Endler expone ahora. Hubo otras situaciones. Incluso una que raya en lo incomprensible. Según reveló un reportaje realizado por Mega, en una concentración la guardameta pidió una ensalada, que le fue negada por estar fuera de presupuesto. Esa situación, sumada a la decisión de disputar partidos amistosos a puertas cerradas en Quilín, fueron agotando a la golera quien, para peor, recibió un poco prolijo homenaje por sus 100 partidos en la Roja, una cifra a la que llegó, precisamente, en un partido ante Nueva Zelanda, disputado en las canchas contiguas a la sede de la asociación.