Clara Morales (43 años) y Francisco Méndez (30 años) terminaron el eMDS del año pasado como los mejores exponentes nacionales. Clara (2.47'22") va por su decimoprimer maratón de Santiago y Francisco (2.25'06") por su décimo.

CM: En el MDS los chilenos tenemos poca cabida. Todo se lo llevan los extranjeros, y comparan el nivel de los keniatas con el nuestro. Siempre dicen que en Chile no hay maratonistas, porque no aparece ninguno. Dicen que estamos lejos de los de élite. Ya no es el maratón de los chilenos. Cero figuración de nosotros...

FM: En mi caso, he sido el mejor chileno en los últimos tres años, pero el año pasado fue el más mediático. Me lo tomo con calma, pero fue un momento bonito. Te abre puertas. En cuanto

a la poca visibilidad, antes era peor, no teníamos ni premio. Ahora cambió todo, es mucho mejor, de hecho estamos en otra categoría, en la nacional, que igual te ayuda a financiar

ciertos costos.

CM: Pero a ellos los traen a dar el espectáculo, y se dedican a tiempo completo a correr. Y además no hay dopping, entonces no corren con la misma bencina que los chilenos. Generalmente vienen de la altura, y correr acá para ellos es nada.

FM: Pero ha cambiado. Si antes si no salías entre los primeros cinco lugares no había nada. Por ejemplo, el año pasado yo salí décimo en la tabla general, pero primer chileno, entonces

me benefició. Hay un incentivo detrás. Al menos por un par de meses no tienes esa carga económica.

CM: El maratón ni siquiera nos da la inscripción. A los keniatas los traen, les dan hotel, alimentación, todo. Por eso esto no va al alza, porque no hay un incentivo para competir. Aunque igual ser la mejor chilena es motivante, sobre todo cuando uno se auto entrena y autofinancia. Porque la empresa privada y el Estado no te ayudan. Uno tiene que trabajar, cuidar a los niños y y pagarse todo. Uno ya tiene un hábito de entrenamiento, mañana y tarde. Pesa, un poco de cerro, pista. Lo que hemos hecho siempre. Yo intento no hacer muchos desajustes o meter cosas nuevas. A estas alturas ya está todo hecho.

FM: Sí, ya las cartas están jugadas. Aunque para mí este año ha sido diferente, además, la marca que hagamos en este maratón no sirve, ya que no ha sido aprobado por la Federación

de Atletismo. A nosotros no nos sirve para nada, pero a los extranjeros sí. Si nosotros hacemos la marca mínima para los olímpicos, el país no la valida. Por eso está el maratón de Temuco,

que es válido. Es todo muy ambiguo. Hace cinco meses que no corro en calle, he estado dedicado al trail. Es más relajado, ha sido un año para disfrutar.

CM: Claro, yo corrí el MITA (Maratón Internacional de la Araucanía) hace dos semanas y me fue bien.

FM: Es muy ridículo que sea una seguida de otra, ningún corredor se alcanza a recuperar.

CM: Es complejo llevar este ritmo. A mí me complica entrenar en el verano. Cuando uno es mamá cuesta, porque los niños quieren ir a la plaza, a la playa, a la piscina. Y uno no puede.

Ellos no descansan, y uno tampoco porque el entrenamiento es muy fuerte para un 42k.

FM: Ya no tengo presión del entrenamiento, me salí de mi club, así que ha sido más tranquilo. Pero lo difícil ha sido que en el trail no hay lucas de por medio, mientras que en el maratón sí. Y ahí surge la pregunta, si elegir entre hacer lo que te gusta o lo que te da plata. Decidí combinar ambos, porque tengo una familia y hay que ser realistas.

CM: A mí no me gusta el trail como a tí, porque las veces que he corrido, me pierdo. Yo soy de calle. Pero en realidad no me gusta entrenar para 42k, porque es muy agotador. Sólo me gusta

correrlos. Desde las 7 de la mañana estoy en pie, hasta que se acuesta mi último hijo. Para entrenar hay que organizar bien los tiempos. De hecho tengo dos carreras, y no ejerzo ninguna. Estudié trabajo social e ingeniería en administración de empresas, pero nunca he trabajado en alguna. Muchas veces me preguntan: "¿Y no haces nada más?".

FM: Yo también me levanto temprano, tipo 7. Desayuno y salgo a trotar, y después dejo a mi hija en el jardín y en las tardes también entreno. Trato de pasar la mayor cantidad de tiempo en la casa. Este año me siento como si fuera mi primer maratón, estoy viviendo lo mismo. Es raro, pero después de cinco meses corriendo trail, es otro ritmo. Este año no vengo con esa calle con la que llegaba antes. Ahora tengo que planificar el doble de lo que hacía antes, saber qué tan rápido salir, dónde apurar y dónde quedarme. Definitivamente es volver al primero. No siento que ya tengo nueve en el cuerpo.

CM: Yo me siento bien. Lo más importante en estos días es tratar de bajar la ansiedad, estar tranquila y descansar, porque ya no hay nada más que hacer. FM: Es cierto. Yo me voy a ir a Santiago el viernes en la noche para llegar el sábado en la madrugada. No voy a dormir, porque en la mañana tengo una actividad. Pero durante la tarde voy a descansar, ver películas y los últimos detalles. No me gusta darle mucha vuelta a la carrera, estar tranquilo. Como voy a estar tan cansado, me voy a quedar dormido al tiro.

CM: El día antes de la carrera uno duerme poco, por lo menos a mí me cuesta. Duermo entre cuatro, cinco horas.

FM: Descansar es fundamental. El maratón se traduce en emociones. Pasas por todas, incluso llantos. Pero la alegría es enorme cuando cruzas la meta, independiente de la marca y del

lugar. Es concluir algo que muchos no logran. De hecho es catalogado como una de las pruebas más difíciles.

CM: Para mí el maratón es la prueba reina. Porque no solamente está el esfuerzo físico, sino que el psicológico. Hay que tener fuerza, paciencia y pasión.

FM: Lo mejor son los últimos 500 metros, cuando te encuentras con tus amigos, sentir la ovación del Maratón de Santiago, que es impresionante. Cuando están todos tus amigos en la

malla, y te gritan y alientan.

CM: Sí, va a venir mi familia de Curicó, así que van a estar ahí. Para mí correr lo es todo. Es en lo único en que me siento libre y realizada.

FM: Sí, es libertad.

CM: Es una conexión entre la mente y el cuerpo. Todos esos locos que llegan tempranito se conectan y sienten lo mismo, tanto los amateurs como los profesionales. La misma ansiedad,

los mismos dolores, sólo que cada uno lo va canalizando de forma diferente. Por ejemplo yo no escucho música cuando corro, nada. Porque así me concentro en lo que estoy haciendo.

Tampoco tengo redes sociales, porque me sacan de mi foco. FM: Yo sólo cuando entreno, pero no cuando corro. Porque me gusta sentir mis pasos y respiración, al que viene detrás o adelante, si va jadeando o no. Muchas veces la música engaña al cuerpo y la mente, uno trata de apurar siguiendo el ritmo de la música.

CM: Cuando corro disfruto cada kilómetro. Lo difícil yo creo que la partida y el final. Al comienzo están los nervios y ya después te empiezas a estabilizar y a agarrar el ritmo.

FM: Para mí la carrera real comienza en el 30. Américo Vespucio... Uff. Es donde más sufro, después uno baja. Pero hay que tener las piernas para terminar Américo Vespucio... Ese es el

punto clave.

CM: Son puras tonteras. Para los que estamos en esto y llevamos años corriendo, no existe. En el trail son 60, 180 kilómetros, ¿y en la calle no somos capaces de correr 42k? Tal vez sirve

para los principiantes.

FM: Para mí el muro depende del nivel de cada uno. Te lo puedes pillar en el 21, en el 35 o el 39. Biológicamente el cuerpo está hecho para dos horas. En general se pilla en el 30. Clara,

para mí eres la mejor corredora de Chile hoy, en las tres distancias. Pero cuando tienes presión debes sentir el muro, si no hay presión, uno no lo siente. Es ambiguo lo del muro, es oscilatorio.

A mí me pasó una vez en el 21, como si me hubieran puesto una mochila de 20 kilos, no se me quitaba de la cabeza la idea de salirme. Por eso es tan duro el maratón, es tanto una prueba

física como mental.

CM: Sí, de hecho los fondistas somos más apartados, aislados, más callados. Mientras que los velocistas son más explosivos, más alegres.

FM: Este es un deporte muy solo. En las derrotas está uno y la familia, pero en la victoria están todos.

CM: Así es. Uno se aisla, porque nadie va a correr todo lo que uno corre. Ya se acerca la carrera. A 24 horas de la competencia igual trato de seguir mi vida con normalidad e intento no pensar en la carrera. Desconectarme.

FM: Yo tamibién, como normal, mi señora se preocupa mucho de eso.

CM: Yo no hago la carga de carbohidratos ni nada.

FM: Yo sí, me cargó un 60% al carbohidrato y el resto proteína. Todo bien planificado. Hay algunos que dicen que no vale mucho la pena a estas alturas, pero yo igual lo hago. Sigo intacto a mis tradiciones después de 10 años corriendo maratones.

CM: Lo único que quiero es que llegue la carrera, porque después viene la torta, el helado y el asado. Viene mi familia a ver el partido de la U con el Curi, así que va a estar movido.

FM: Yo también tengo mis panoramas. Siempre cuando finalizo me tomo una Coca Cola bien helada. Me guardo mucho tiempo para ese momento. Pero mi cábala es pasar al Juan y Medio

de la carretera. La primera vez no pude con el plato, pero ahora sí. Creo que me lo merezco.

CM: Pero claro, hay que darse ciertas libertades. Pero la próxima semana volver a la rutina. Mi idea es mantenerme en la punta. Uno siempre quiere mejorar la marca, pero si no se puede, al

menos mantenerla. Voy a dar mi cien por ciento.

FM: Este año muchos han dicho salir mejor chileno, jajaja. Así que mejor disfrutar, lo que más ansío es terminar la maratón y disfrutar con los amigos, la ruta, vivir el evento, que aunque a

muchos les duela, es el más importante de Chile.