El clásico del mundo cumplió con las expectativas. Incluso, las sobrepasó. Barcelona y Real Madrid protagonizaron un choque intenso, polémico, goleador y ácido. Sin esconderse y con sus propios métodos, ante casi 98 mil espectadores, los colosos del fútbol español empataron 2-2 en el Camp Nou.

Era un duelo especial, más allá de la condición propia por tratarse de semejantes clubes. Al final, no hubo pasillo del Madrid hacia el Barca, como campeón de la liga. Los catalanes mantienen el invicto, en el último clásico de Andrés Iniesta, y jugando 45' con uno menos.

Pasaron 15 minutos y las porterías ya estaban batidas. Primero, Luis Suárez (10',) rematando de primera ante un preciso envío de Sergi Roberto. Luego, la igualdad de Cristiano Ronaldo (14'), quien alcanzó a Di Stéfano como el madridista con más goles en clásicos (18). Jugó sólo un tiempo. Al final del primer tiempo, fue expulsado Sergi Roberto por una agresión a Marcelo. El árbitro Alejandro Hernández fue el gran protagonista del encuentro, por sus errores.

Messi puso el 2-1 (52'), pero la jugada debió ser invalidada por una clara falta de Suárez a Varane, y el juez dejó seguir hasta que acabó el gol. Bale puso el 2-2 final (72'). El Madrid pudo disponer de una gran chance, pero no se cobró un penal de Jordi Alba a Marcelo. Ahora, el que sufre por los arbitrajes es el Madrid. Las vueltas de la vida.