A una semana del clásico del mundo, el Barcelona y el Real Madrid afrontarán el duelo del próximo domingo en el Camp Nou con realidades tan opuestas como sorprendentes. Si los merengues atraviesan por una seria crisis, los azulgranas asaltaron la cima de la liga española, aunque con la mancha de perder a su figura, Lionel Messi.
El argentino desequilibró en la primera parte del juego ante el Sevilla, con un gol y una asistencia antes del cuarto de hora. Pero sufrió una fuerte caída que resintió su brazo derecho. No pudo seguir en el partido y alertó a todos en el Camp Nou. Finalmente, el club informó que el transandino sufrió una fractura en el radio del brazo lastimado, por lo que será baja, aproximadamente, por las próximas tres semanas. Adiós al clásico (y también al cruce con el Inter, este miércoles, por la Champions), que será muy particular, pues no tendrá a los jugadores que han protagonizado la lucha más mediática del fútbol mundial hace una década: Messi lesionado y Cristiano en Italia.
El importante triunfo azulgrana quedó en un segundo plano. Derrotaron al Sevilla, el líder hasta antes del inicio de la fecha, por 4-2. Arturo Vidal se quedó en la banca, profundizando su condición de suplente en el plantel catalán. Arthur, su competencia, fue nuevamente titular.
Luego de cuatro partidos sin ganar, el elenco de Ernesto Valverde tuvo una actuación mucho más convincente, considerando la calidad del rival. Coutinho (2'), Messi (12'), Suárez (63') y Rakitic (88') anotaron para el cuadro culé, que también contó con Ter Stegen en un excelente nivel, pese a recibir dos tantos. De esta manera, los catalanes lideran La Liga con 18 puntos, uno más que el Alavés de Maripán.
A cuatro unidades de la cima está el Madrid del agonizante Julen Lopetegui, cada vez más cerca del abismo. Los blancos sumaron su cuarta derrota en los últimos cinco partidos (el otro fue empate con el Atlético). Sucedió en casa, ante el modesto Levante, que les jugó sin pánico y con mucha inteligencia. Los merengues, que estrellaron dos balones en el travesaño e hicieron figura al portero visitante, exhibieron poca claridad y una debilidad mental que los encoge. El público aireó su descontento. A las puertas del clásico, el ambiente está a la espera de los movimientos de Florentino Pérez, el mandamás.
"En este momento, eso (su posición) es lo último en lo que estoy pensando. Me siento más animado que nunca a continuar", dijo el DT merengue. El gol de Marcelo, en tanto, rompió la racha sin anotar del equipo, que quedó en 481': ocho horas y un minuto.