A 500 kilómetros de Santiago, Concepción recibe una edición del Clásico Universitario. Se trata de la versión 196 del encuentro más tradicional del fútbol chileno y que se disputará fuera de la capital, tal como ocurrió en las primeras ruedas de los torneos de 2021 y 2010, donde cada uno de los rivales se impuso en una ocasión.
Esta vez, la U y la UC llegan en momentos numéricamente similares, pero disimiles en la interna. Los dirigidos por Mauricio Pellegrino están en el segundo lugar de la tabla, con 21 unidades, con un invicto de ocho partidos e ilusionándose con pelear en la parte alta de la tabla durante todo el año, alejándose de los malos resultados que los han aquejado durante el último lustro.
La escuadra de Ariel Holan vive días complejos. Universidad Católica viene a la baja, futbolísticamente y en los resultados. El fin de semana pasado cayeron como locales, en Santa Laura, ante el irregular O’Higgins de Pablo De Muner, en un duelo que podría haberlos hecho escalar al primer lugar de la clasificación. Hace cuatro partidos, casi dos meses, que no conocen la victoria (frente Ñublense, por 2-1, el 3 de marzo)
De todas formas, la diferencia estadística entre las universidades es de solo dos unidades y ninguno de los dos equipos se ha atrevido a levantar el calificativo de favorito. A mitad de semana, el técnico de Universidad de Chile aseveró que: “Católica es un equipo que sabe manejar los tiempos del partido, poderío en juego asociado y juego directo. Tiene herramientas y tenemos que estar preparados para todos esos episodios. Hay que adaptarse a la situación y ojalá estar a la altura”.
Partido clave
Franco Di Santo, quien se recuperó de su lesión, lanzaba una advertencia. “Ellos vienen en buen momento, pero no dejamos de ser Católica y tenemos nuestras armas. Lo vamos a ir a buscar como todos los partidos. Ojalá en lo personal poder marcarles”, disparaba. En la UC, más allá de las palabras, están preocupados. A principio de año, uno de los elementos elogiados era su capacidad de conversión. Siguen siendo el segundo equipo con más goles a favor. Sin embargo, ya acumulan dos partidos sin poder superar el pórtico rival. La cifra exacta indica que llevan 2012 minutos sin anotar.
Por otra parte, la U no ha sido un equipo con un gran poder de fuego. Solo han marcado 13 goles en 10 cotejos. No obstante, su fortaleza defensiva les ha permitido sumar. Este año vencieron a Unión Española (1-0), Magallanes (2-1), O’Higgins (1-0), Audax Italiano (2-1) y Everton (2-1) por un solo tanto de diferencia. Apenas frente a Curicó Unido (3-1), sacaron una diferencia mayor.
En sus encuentros, los laicos han aprovechado bien la velocidad de sus futbolistas. En el duelo ante los ruleteros, Lucas Assadi brilló con una anotación donde condujo un contraataque que terminó siendo letal. Ese expediente ha sido uno de los puntos más explotados por el equipos estudiantil.
Preocupación cruzada
La U quiere que este partido sea el que marque su alza definitivamente. En la UC buscan que sea el despegue tras días tormentosos. Pero los cruzados llegan al clásico golpeados, y no solo por su bajo nivel en las últimas jornadas, sino que debido a que no contarán con varios de sus jugadores titulares.
Ariel Holan confirmó la ausencia de Alexander Aravena, que venía siendo uno de los elementos más importantes del ataque de Universidad Católica. Ante O’Higgins tampoco estuvo. Además, no podrán estar Gary Kagelmacher, quien sufrió un desgarro del recto femoral del cuádriceps izquierdo, y Mauricio Isla, que fue expulsado contra los rancagüinos. A eso se le debe sumar que el DT deberá observar desde la tribuna, debido a una sanción por “atrasos reiterados”. Un Clásico Universitario de presentes opuestos que puede tener serias implicancias directas en el futuro de cada uno.