Claudio Bravo está en Chile. Viene a descansar. A estar en familia después de días turbulentos. Su renuncia a la convocatoria para los partidos amistosos frente a Suecia y Dinamarca, los primeros de la era de Reinaldo Rueda a cargo del combinado, su petición de fortalecer el cuerpo técnico con un preparador de arqueros a su medida y sus fuertes críticas al directorio de Arturo Salah han sido el foco de la discusión de los últimos días.
Con su cabeza cubierta por un sombrero negro, el arquero del Manchester City abandonó el aeropuerto internacional de Pudahuel. Lo hizo en completo silencio, pese a haber sido requerido por los periodistas que lo esperaban a su arribo.
Bravo había hablado durante la semana y, por lo visto, no tiene más ganas de hacerlo.