Clemente Seguel (24 años) logró un significativo avance en los Juegos Olímpicos al obtener un diploma en París 2024. El velerista cuenta qué cambió desde Tokio hasta Francia y proyecta sus desafíos.
¿Qué cambió desde el 22º lugar en Tokio al diploma olímpico en París?
Es difícil llegar a unos Juegos Olímpicos y ganar un diploma. Fue la capacidad de poder identificar las cosas que había que trabajar, tener la humildad de decir que había cosas por mejorar y, durante esos tres años, trabajarlos. El aspecto psicológico fue el más importante. Estuve bastante tranquilo ahora en París, a diferencia de Tokio. Eso se vio reflejado, por los resultados.
Ud. ha hablado de la importancia que tiene la mentalidad en estas instancias, ¿fue algo que modificó en ese período?
No la pasé bien en Tokio. Enfrenté mal el campeonato en el sentido del foco que uno pone. No sentí que me había ido del todo bien, pero igualmente había sido bueno, me acuerdo, imagínate lo confundido que estaba. Entonces, dije, bueno, esto es lo más importante, hay que poner la cabeza y hay que empezar a trabajarlo. Creo que en París se vio reflejado ese progreso, y obviamente sigue habiendo cosas por mejorar, pero creo que fue muy bueno el progreso, y por eso estoy satisfecho con el trabajo.
En París le tocaron días complejos en la competencia, el viento no entraba...
Costó que entrara el viento. Creo que lo importante fue que hubo muchas cosas positivas que se mejoraron respecto a Tokio. Yo estaba enfocado en lo que tenía que hacer. Después me di cuenta de la importancia que tenía el diploma, la relevancia. Yo lo había escuchado, pero no tenía idea que eran del octavo al cuarto. De verdad que no sabía. Estaba totalmente desconectado de las redes sociales en ese entonces. Mi entrenador tampoco me dijo, porque no te sirve nada saber eso. Lo único que va a generar es presión en ti. Y al final, al menos en mi forma de ser, en mi estilo, lo único que importa es aplicar lo que venimos entrenando los 90 días que estuvimos en Francia.
¿Ya visualiza los próximos Juegos Olímpicos?
Faltan cuatro años, pero la idea es seguir entrenando. Ahora comencé la pretemporada del 2025, se terminaron las vacaciones. Los Ángeles lo veo como otra oportunidad para hacer bien el trabajo. Creo que vamos a aplicar lo mismo que después de Tokio. Ver las cosas que hay que mejorar. Ojalá en cuatro años más hacer bien el trabajo y mejorar estas cositas que nos faltaron en París.
¿Existe presión por ser una opción de medalla en Los Ángeles 2028?
Obviamente es un comentario que sale. Pero acá está el trabajo psicológico. A mi no me beneficia pensar en eso. Como no me beneficia, es algo que tengo totalmente afuera y que soy consciente de que no me va a hacer productivo y favorable para mi rendimiento. Ser candidato o no a medalla depende del trabajo que haga. Estoy 100 por ciento convencido de que si uno se prepara y hace bien las cosas que tiene que hacer y mejora las cosas que identifica que hay que mejorar, es muy probable que el resultado sea acorde a las cosas que hay. Pero no es algo que me haga ruido ahora.
Ud. entrenó por 90 días en París, ¿cómo fue esa rutina?
Intentamos hacer esos 90 días la rutina que debíamos aplicar en los Juegos Olímpicos. Y cuando llego a los Juegos Olímpicos, literalmente la rutina y la planificación fue exactamente como lo queríamos. Entonces eso te da seguridad. Vengo haciendo esto hace mucho tiempo y listo, voy y lo aplico. Obviamente había mucho trabajo técnico. Conocer la cancha, ver las condiciones, acostumbrarse a la ola, a la corriente, al viento, a los climas. ¿Para qué? Para que cuando llegue a los Juegos, cuando llegue a la regata importante, sea exactamente lo mismo como lo quería hacer.
¿Es un método que seguirá aplicando?
En nuestro deporte es muy importante como conocer el lugar antes. Las condiciones climáticas tú no puedes controlarlas, pero te da seguridad haber estado antes en el lugar. Lo que vamos a aplicar ahora, una cosa a mejorar, que ha sido muy bueno para París y creemos que ahora vamos a reforzarlo, es el hecho de conocer los lugares donde hay competencias, ir antes, para que cuando volvamos al momento de la competencia no sea algo nuevo. Es uno de los puntos que vamos a trabajar y mejorar para la próxima campaña. En tanto Juegos Olímpicos, como Juegos Panamericanos, Juegos Sudamericanos, etc. Eso es un punto importante a mejorar.
¿Qué desafíos tiene en los próximos meses?
Volver a agarrar fuerza. Ahora empecé la pretemporada. En la primera quincena de noviembre vamos a hacer un trabajo ya específico en el agua. El primer campeonato así como importante de la temporada 2025 es el Nacional, que va a ser en Talcahuano la primera semana de enero.
¿Cómo llega a la vela? Su camino hasta los Juegos Olímpicos fue extenso...
Nací en Temuco. Mis papás vivían ahí hace mucho tiempo. Después nos fuimos para Santiago y no les gustó. Tenían casa en Algarrobo y ahí nos quedamos. Empecé a navegar fue porque yo estudiaba en Casablanca. Había clases por parte de los clubes, que estaban en la cofradía náutica y en el club de yate, que daban a los colegios de la zona. A mi colegio le tocó la Cofradía Náutica del Pacífico. Yo comencé en los talleres de las escuelas de velas que daban a este club, y nada, se armó un buen grupo de amigos. Me quedé, tenía ocho años, y ahí te dicen, bueno, elija los talleres, está fútbol, arte, tecnología, navegación a velas. Me llamó la atención, era muy distinto a lo típico. Había probado un fútbol un semestre anterior.
¿En qué minuto se da cuenta que destaca sobre el resto?
No fue de inmediato. La verdad que fueron varios hitos. Pero lo primero que me motivó a seguir entrenando, no solamente los viernes, sino que ya en los fines de semana, fue la competitividad. Diría que a los 10 años ya comencé más seriamente. Entonces cuando empecé un poco tuve que competir en los nacionales de escuelas de vela, después en los nacionales generales, sudamericanos. Ahí empezó la rueda de competir y de empezar a meterse en el alto rendimiento. Cuando muchos cabros eran buenos con los talleres de escuelas de vela, los invitaban los fines de semana y creció el número de niños, dijeron como, bueno, estos son un buen grupo, hay que traer ya gente afuera para que sigan profesionalizándose. Entrenaron argentinos y ahí te diría que fuimos la primera camada de niños que empezaron como a profesionalizarse, entre comillas. El club creció, hubo más niños.
¿Su familia tiene tradición deportiva?
Es obligación hacer deporte. Mi papá nos decía a todos que teníamos que practicar deporte. Sea profesional o no. Es una filosofía de vida. Somos seis hermanos. Nicolás jugó rugby mucho tiempo. Diego es esquiador paralímpico. A los 16 se cayó en la nieve, andando en snowboard, cayó de espalda y se quebró la columna vertebral. El muy loco siguió andando, ahora en silla. Fue a los Paralímpicos de Invierno en 2018, fue abanderado. Después viene Arturo, que tiene TEA y su forma de canalizar energía es corriendo. Trota todos los días 10 kilómetros. Luego está Ricardo, él hace lo mismo que yo. Está en la misma disciplina. Finalmente, Emma... en otra entrevista dije que ella no hacía ningún deporte. Ahora voy a corregir un poquito eso. No es que ella no haga deporte. Ella no se dedicó a ningún deporte. Fue bastante rebelde con mi papá. Va al gimnasio de vez en cuando, hace sus actividades físicas, pero está más ligada a otras cosas. Quiere sacar una carrera. Está totalmente metida en el estudio en este momento.
¿Cómo compatibiliza sus estudios de Ingeniería Comercial con el deporte?
Hay que organizar muy bien los tiempos, definir una prioridad. Eso es muy importante. Ahora la mía es el deporte. Estoy dedicado al 100 por ciento a esto. No quiero dejar de lado el estudio. Porque es algo también muy importante, pero tienes que tener claro tu ritmo. En mi caso, voy lento pero seguro. Tomo uno o dos ramos por semestre. Es algo que tengo súper asumido. Si puedo ir avanzando a poquito por semestre, me va a servir. La universidad se ha portado bien, los profes te tienen que conocer. Tienes que presentarte. Hay que tener una buena comunicación con la universidad. No puedes llegar a mitad de semestre explicando tu situación.
¿No hubo una presión por parte de su familia para tomar solo uno de los caminos?
Mi familia me dijo, ‘haz lo que quieras, haz lo que te gusta’. Es algo que siempre he valorado. Nunca me han impuesto nada. Nunca fue como ‘oye, ya déjate del deporte’. Por ejemplo, este semestre estoy congelado y ellos en ningún momento me dijeron, ‘oye, ¿cómo vai a congelar?’. Nunca vi una crítica. Eso es súper importante. Congelé por los Juegos Olímpicos, la cantidad de eventos que hubo, los compromisos que tuve que tener. Era imposible, fue un tema de tiempo. Tampoco estoy apurado porque sé que, como te dije en un principio, la prioridad es el deporte.
¿Habla con Matías del Solar, que es el gran exponente en la disciplina que había de ud.?
No, no he tenido la oportunidad de hablar en el corto plazo. Él se retiró hace mucho tiempo, yo era chico. En el corto plazo no vuelto a hablar. Estaría feliz si él volviera. Él está con otros compromisos, creo. Está ahora navegando en un barco que vuela.
¿Cómo visualiza el panorama deportivo en Chile tras el éxito en París 2024?
El hecho de que se diversifique el deporte, de que se conozcan los distintos tipos de deporte, es bueno. Partiría de eso, de que el interés de la gente sea conocer o practicar deporte. Yo creo que los Panamericanos ayudaron mucho porque, bueno, creo que hay más gente practicando, y ahora Chile, después de harto tiempo, volvió a tener una medalla olímpica, un oro, una plata, dos diplomas. Fue la segunda mejor actuación de Chile en los Juegos Olímpicos. Vamos por buen camino, hay que seguir diversificando el deporte, que la gente conozca más los deportes.
¿Cree que se ha hecho un buen trabajo desde el COCh?
Los recursos son limitados, en ninguna parte del mundo sobran los recursos, pero creo que se están metiendo más en las futuras generaciones, en los jóvenes, y se está dando más incentivo a los deportistas para que puedan seguir en el deporte, así que ha sido un trabajo correcto. Hace mucho tiempo que no teníamos tan buen rendimiento en Juegos Panamericanos y en Juegos Olímpicos. Esto no es rápido, no es de un día para otro. Eso es lo que más cuesta entender. Hay que respetar los períodos, los procesos, las proyecciones. Pongamos los pies sobre la tierra, hay que entender que esto es bárbaro, es de largo alcance, de que las proyecciones no son de aquí a los próximos Juegos Olímpicos. Es muy loco porque, por ejemplo, en mi caso, desde los ocho años me hicieron pensar en Los Ángeles 2028, o sea, desde el 2008.