La Asociación de Clubes Europeos (ECA) ha enviado una carta a la UEFA para subrayar que ninguno de sus 232 miembros está dispuesto a participar en el nuevo Mundial de Clubes que promueve el presidente de la FIFA, Gianni Infantino.
Según publica este viernes el diario alemán "Süddeutsche Zeitung", la misiva está escrita en términos muy explícitos y suscrita por presidentes y vicepresidentes de 15 clubes del continente, entre ellos Real Madrid, Barcelona, Bayern de Múnich, Juventus, París Saint-Germain o Manchester United.
"Estamos firmemente en contra de cualquier potencial aprobación de un Campeonato del Mundo de Clubes reformado en este momento y confirmamos que ningún club de la ECA participaría en una competición de este tipo", afirma el texto.
A su juicio, cualquier versión de este "mundialito no sería aceptable" para los clubes europeos, dadas "las actuales competiciones y el calendario de juego fijado hasta 2024".
Por eso, los equipos europeos solicitan a la FIFA que "posponga cualquier decisión sobre el campeonato del mundo de clubes "hasta que las legítimas preocupaciones e intereses de los clubes europeos sean atendidos de forma apropiada".
Infantino trabaja desde hace meses en este proyecto, que este viernes va a tratar el Consejo de la FIFA en su reunión de Miami y que cuenta con el respaldo de inversores asiáticos y árabes, dispuestos a desembolsar hasta 25.000 millones de dólares (22.100 millones de euros) para ponerlo en marcha.
Sobre los planes concretos de esta iniciativa sólo ha trascendido que participarían 24 clubes de todo el mundo y que se celebraría cada cuatro años, con su primera edición entre el 17 de junio y el 4 de julio de 2021.
La presión europea ya paralizó a finales de octubre la votación en el Consejo de la FIFA de la puesta en marcha de esta competición, y la de una Liga de Naciones Global, para que se creara un grupo de trabajo que estudiara la iniciativa.
Infantino calificó su plan de "proyecto piloto", pero el grupo de trabajo creado a finales del año pasado para incorporar las suspicacias del continente ha sido, a juicio de la ECA, decepcionante.