En la previa del último Superbowl, Sammis Reyes, jugador del equipo de Washington en la NFL, definía a su coach en jefe Ron Rivera: “Es un ejemplo para todos, le ganó al cáncer”; e insistía en que “estaba ahí, peleando, poniendo la cara todos los días, aunque se sintiera horrible”.
Una historia de superación personal que recibió un justo premio. El George Halas, tradición galardón que entrega la liga al entrenador, jugador o miembro del equipo que se sobrepone a la adversidad en camino al éxito, este año llegó a las manos del entrenador de los Commanders de la capital estadounidense.
El profesional de ascendencia puertorriqueña es finalista para el Halas Award por segunda ocasión en los últimos dos años. Fue diagnosticado de cáncer en el cuello, en agosto del 2020. A lo largo de dos meses en ese año recibió 35 tratamientos de terapia de protones y tres ciclos de quimioterapia. Perdió más de 13 kilos de eso y debió recibir tratamientos intravenosos durante los medios tiempos de los partidos.
Sin embargo, Rivera nunca se perdió un juego e, incluso, lideró a su equipo a los playoffs en su primer año como coach principal de Washington. Finalmente, tuvo una recuperación total y anunció en enero del año pasado que estaba libre de cáncer.
El reconocimiento lleva el nombre de Halas, miembro original del Salón de la Fama del Fútbol Americano Profesional, quien estuvo asociado al equipo de Chicago Bears y la NFL desde su creación en 1920, hasta su muerte en 1983 como propietario, gerente, jugador y promotor. Incluso, hasta el día de hoy las camisetas del equipo de Illinois llevan la inscripción GSH, las iniciales de su fundador.