El regreso de Cobresal a la Copa Libertadores tras ocho años ha sido un dolor de cabeza para el club. El equipo de El Salvador cayó sin apelación por 2-0 en Calama ante Talleres de Córdoba que venció 2-0, pero bien pudo golear a los mineros por la cantidad de aproximaciones que logró en gran parte del partido.
Con este resultado, el cuadro atacameño se hunde como colista absoluto del Grupo B con un solo punto, producto de su empate ante Barcelona de Ecuador en la primera fecha y la derrota 2-0 en Sao Paulo.
El subcampeón chileno nunca se sintió cómodo en partido. El elenco argentino tenía claro su libreto. A pesar de la altura, los jugadores de la T recuperaban muy rápido la pelota en el medio y alargaban para sus veloces hombres en ofensiva.
Así, el cuadro transandino presionaba alto para conseguir el balón. A los 8 minutos, el equipo cordobés avisó con un remate de Federico Girotti, que contuvo con seguridad el arquero Leandro Requena.
Cinco más tarde, Rubén Botta volvió a poner en aprietos al meta del elenco minero. Esta vez la pelota dio un peligroso boto que obligó a sacarla al córner, casi de emergencia.
Al otro lado, el cuadro del técnico Gustavo Huerta se diluía en tres cuartos de la cancha y no conseguía dar profundidad a sus escasos ataques, bien contenidos por el rival.
Justo en el cuarto de hora, Ramiro Ruiz Rodríguez se perdió la más clara para los transandinos, cuando no pudo rematar el centro perfecto del lateral derecho Gastón Benavidez.
El gol estaba cerca, tanto en el trámite como en las aproximaciones. Así ocurrió a los 19 minutos, después de que el zaguero central Kevin Mantilla finalizara de cabeza un tiro de esquina desde la izquierda.
Incluso, el visitante pudo aumentar las cifras de manera inmediata. Esta vez fue Marcos Portillo quien ganó en las alturas, pero no pudo dar con el arco para el segundo.
La escuadra de El Salvador intentó una leve reacción. A los 23 minutos, los argentinos fallaron en un tiro libre de Leo Valencia, que Franco Bechtholdt impactó en la línea para el gol.
Sin embargo, después de cuatro minutos de exhaustiva revisión, el VAR zanjó la discusión con una posición de adelanto del exjugador de Curicó Unido en el momento de impactar el balón.
Una vez reanudado el duelo, Talleres encontró rápidamente la segunda conquista. Un saque largo del golero Guido Herrera desorientó a los centrales chilenos y fue el paraguayo Ramón Sosa quien tomó el balón en el área para el segundo, a los 28′.
A esa altura, el partido avizoraba más una goleada para los argentinos que un descuento de los chilenos. A cinco del final, Sosa ganó la espalda de su marcador, antes de que Requena sacara la pelota con un pie.
En la siguiente, fue Girotti quien ingresó solo al área, pero su remate se fue muy poco por sobre el arco del equipo local que no encontraba los espacios para dañar a su rival.
Diego Coelho insinuó un remate que se fue alto sobre el ángulo para Cobresal, pero Sosa respondió con un ajustado disparo del borde del área que Requena sacó con la punta de los dedos, en los descuentos del primer tiempo.
Se hunde en el grupo
El tiempo complementario comenzó en la misma tónica que el primero. A pesar de los dos cambios, Cobresal perdía la mayoría de los duelos en la mitad del campo y dejaba espacios para el uno contra uno.
Se lo perdió Ruiz Rodríguez para Talleres, tampoco pudo sellar en la jugada combinada de Girotti y Sosa que terminó en un rebote en la espalda del guaraní.
Pero los transandinos bajaron la intensidad. No tanto por el ahogo del cuadro chileno, sino más que nada por el hecho de jugar en un alto desgaste a una altitud de 2.260 metros.
Entonces los mineros trataron de acercarse tímidamente al arco visitante. Las subidas de César Munder se hacían menos esporádicas por la izquierda, lo mismo que Guillermo Pacheco en la derecha. A los 56′, un débil remate de Cristhofer Mesías llegó a las manos del argentino Herrera, como para comprobar esa tímida levantada.
Muy poco para los locales, cuya máximo acción de riesgo fue un centro de Franco Lobos que se colaba en el arco de Herrera, a los 86′. En los descuentos, un tímido remate en la línea fue el manotazo del equipo chileno.
Muy poco para un equipo que tampoco se reforzó para un torneo de esta envergadura, que ve cada vez más lejos el tercer puesto que le permitirá jugar la Copa Sudamericana, cuando le queda solo un duelo en casa.