El venezolano Fernando Amorebieta, quien defiende a Independiente, aún debe estar sintiendo las consecuencias del duro codazo que le aplicó Luiz Caballero, de Nacional de Paraguay. Lo curioso es que el agresor ni siquiera fue amonestado, pese a las evidentes huellas que dejó en el jugador llanero.
El parte médico no admite dudas respecto de los daños: traumatismo nasofacial, que le produjo la fractura del hueso propio de la nariz y dos heridas cortantes. Es decir, consecuencias importantes y que, por lo pronto, ponen en duda la participación de Amorebieta en el próximo duelo de los Diablos Rojos, frente a Patronato por la competencia local.
El juez era el uruguayo Leodán Gutiérrez. Ahí nace la explicación probable para que Caballero ni siquiera recibiera la tarjeta amarilla. Gutiérrez es primo de Cristhian Stuani, víctima de un violento foul de Amorebieta cuando el primero defendía al Espanyol y el venezolano al Atlethic de Bilbao, en España. Esa vez, al menos, el venezolano fue amonestado. Gutiérrez cobró venganza por su pariente.