Dos momentos reconfortantes. El del jueves 15 de noviembre, en la foto de la unidad del fútbol chileno, y el del viernes 22, con el pitazo inicial del La Calera-Iquique. El resto de las jornadas, a partir del viernes 18 de octubre, han sido las más amargas y agobiantes para Sebastián Moreno desde que asumió como presidente de la ANFP, en enero de este año.

39 días de Moreno con llamadas y visitas de presidentes de clubes, del sindicato de jugadores, de las autoridades, de Carabineros, de Estadio Seguro, de los auspiciadores, del Canal del Fútbol, y una larga lista de etcéteras. Presiones, quejas, apoyo, todo en relación al pisoteado regreso del campeonato criollo. El viernes, durante 67 minutos, el dirigente cantó victoria. Después, a partir del ataque de barristas de la Garra Blanca al Municipal de La Florida, todo fue derrota.

Moreno estaba en la tribuna cuando le avisaron de que una turba de garreros se había robado dos microbuses y se dirigía desde el Monumental a La Florida. El abogado corrió para alertar a la seguridad uniformada. Llegaron cinco policías, cuando se habían prometido 50 desde Intendencia (aseguran desde la ANFP). Media hora después, sin el asomo de los refuerzos, los radicales, no más de 100, pusieron de rodillas al certamen. Cuando llegaron más carabineros y detuvieron la violencia en minutos, el saqueo al campeonato ya estaba fraguado.

Moreno entró en cólera. Mientras exigía una explicación a Cristóbal Lladser, el director de Estadio Seguro, que estaba en el recinto, recibía las quejas del Sifup. "¡No cumplen con las garantías, así no jugamos!", le gritaban. Desde Colo Colo, Paredes ya le había dicho al Sifup que su plantel no jugaba al día siguiente.

El episodio resume esta crisis para Moreno. Apoyo público de sus asociados y críticas por debajo que apuntan a mala gestión, acaparar todos los frentes, mano blanda con el Sifup y falta de decisión para terminar con el receso. En Quilín, le cuesta mantener la calma. De reunión en reunión, con cambios de planes que se traducen en cambios de humor. Gritos, portazos o un golpe al escritorio. "Le hemos ayudado en lo que más hemos podido, pero esto parece no tener solución", relata un presidente de club muy cercano a Moreno en estos días.

La noche del domingo, el directorio de la ANFP seguía tratando de armar un calendario imposible. "El Sifup no quiere jugar, las autoridades ya no nos dan garantías", comenta una voz fuerte de la asociación. El viernes por la noche, el mandamás se comunicó con el Ministerio del Interior para exigir mayor seguridad. La respuesta lo derrumbó. Ya no hay certeza desde el ejecutivo.

En el chat de presidentes de clubes lanzan ideas y exigen soluciones. Desde pedir el final del campeonato hasta jugar con juveniles y amenazas con despidos a quienes no se presenten. Una Superliga, con 32 equipos solo por 2020, es una propuesta de la B. También se ha postulado una Primera División con 18 ó 20 equipos. Cualquier cambio, sin embargo, obliga a una redistribución de los dineros del CDF y ningún club quiere soltar parte su tajada.

Deportivamente, en tanto, hay 12 elencos de la B que pelean el ascenso. Dejarlos fuera de la discusión es un peligro de demanda ante el TAS.

La Selección decidió no viajar al amistoso con Perú en Lima; la caída de la final de la Copa Libertadores en Santiago. Dos golpes que también le dolieron a Moreno. En Juan Pinto Durán, Reinaldo Rueda le ha transmitido a sus cercanos que también se ha visto solo; en la Conmebol, siguen atentos al desenlace del fútbol nacional. Y en medio de todo, el contrato de concesión de los derechos del CDF a Turner da pie para una estocada económica a la industria, de casi 5 millones de dólares. Ayer, Moreno llegó a las oficinas del canal tratando de alcanzar un acuerdo amistoso.

Hoy será el Consejo de Presidentes extraordinario desde las 10.00. Moreno se lo comenta a sus cercanos: , el fútbol está en serio riesgo de caer en un precipicio. Las deudas son grandes, el hoyo financiero crece sin jugar, las barras demuestran que dominan a su antojo la actividad, los jugadores no quieren jugar. El panorama es muy negro.