A falta de la oficialización del club, Alexis Sánchez será nuevo jugador del Manchester United, hasta donde llega con la obligación de convertirse en su referente y líder futbolístico. La inversión que harán los Diablos Rojos, que lo convertirá en el futbolista mejor pagado de la Premier League y en ícono del fútbol mundia, le da poco margen para adaptaciones o puestas a punto.
En Old Trafford se pondrá a las órdenes del portugués José Mourinho, iniciando así otra etapa en su carrera bajo la supervisión de un director técnico de élite.
El nacido en Tocopilla ha sido un privilegiado en ese aspecto ya que, hasta ahora, casi todo el desarrollo de su carrera deportiva ha estado bajo la tutela de los mejores entrenadores del mundo, o al menos los que indiscutiblemente han marcado la última década de este deporte a nivel planetario.
Cuando se ponga a disposición del luso y su cuerpo técnico en Manchester United, el nortino habrá iniciado su quinta experiencia con un adiestrador de primer nivel, en una trayectoria en la que ha tenido la fortuna de ir topándose con los directores técnicos precisos para continuar su desarrollo.
En Argentina, por ejemplo, estuvo a las órdenes de Diego Simeone en River Plate, con quien vivió un paso clave en su transición de Sudamérica a Europa.
Con el Cholo, cuando estuvo en el equipo Millonario cedido desde el Udinese entre 2007 y 2008, mejoró en muchos aspectos tácticos y físicos que, a la larga, le beneficiaron. Sometido a la disciplina del actual entrenador del Atlético de Madrid se fortaleció en el físicó y mejoró considerablemente en la asociación con sus compañeros, acaso el aspecto más criticado de su juego tras su irrupción en el profesionalismo.
Más tarde, en Barcelona, hasta donde llegó en 2011 cuando recién tenía 22 años, estuvo bajo la supervisión de Pep Guardiola.
Con el catalán, que fue su jefe hasta 2012, comenzó a manejar de mejor manera todos los puestos del ataque, además de terminar su evolución en lo referido a la asociatividad.
Durante su estadía en el cuadro culé, equipo que gozaba mayoritariamente de la posesión y dominaba casi siempre con amplio margen todos los partidos, debió adaptarse también a una forma más pausada de jugar, menos explosiva, pero con mayores compromisos y obligaciones en la recuperación y en zonas más retrasadas de la cancha, cuestión que lentamente lo fue convirtiendo en el futbolista completo que es hoy.
Al mismo tiempo, en la Roja estuvo a las órdenes de Marcelo Bielsa y de Jorge Sampaoli. Ambos impulsores de la misma filosofía de juego -asociada también a la de Guardiola- por lo que su desarrollo y crecimiento alcanzado en clubes se complementó de la mejor manera también en la Selección Nacional.
Así, el formado en Cobreloa alcanzó la élite internacional, a la que ya venía aspirando desde su época en Barcelona y, más tarde, como figura del Arsenal.
El aporte a su carrera de Nelson Acosta (Cobreloa), José Sulantay (Selección Sub 20), Claudio Borghi (Colo Colo), Pasquale Marino (Udinese), Tito Vilanova (Barcelona post Guardiola), Gerardo Martino (en el Barça también) y, ahora último en el Arsenal, Arsène Wenger, seguramente tampoco puede discutirse. Pero la influencia de aquellos que han dominado desde la banca el fútbol mundial durante los últimos años es un bien incuantificable para estar hoy, a los 29 años, a las puertas de dar el paso más importante de su carrera y convertirse en el líder del Manchester United, uno de los equipos más relevantes del planeta.
Aquel pequeño que apodaban Niño Maravilla, que nació y se crió en Tocopilla y que tenía al balón de fútbol prácticamente como su única motivación en la vida, llegó a la cima. Lo hizo con su esfuerzo y talento, pero también con el impulso de los mejores técnicos del mundo.