Fue una de las exigencias que puso Gustavo Quinteros en la reunión de directorio de esta semana. El técnico de Colo Colo necesita con urgencia un defensa central que cubra la resistida y forzada partida de Julio Barroso, uno de los estandartes del club en los últimos años.
A una semana del comienzo del torneo, el Cacique aún no logra cerrar un reemplazante para el Almirante. Varios nombres son los que han ido sonando. Sin embargo, su alto costo o sus contratos vigentes impidieron llegar a un mejor puerto. Es por eso que el DT dejó dos nombres en la mesa: el uruguayo Fabricio Formiliano, hoy en Peñarol, y el argentino Emiliano Amor, suplente en Vélez Sarsfield.
La petición de Quinteros fue atendida por la dirigencia. Sin embargo, se acotó el presupuesto, ya que el Cacique está dispuesto a desembolsar un máximo de US$ 500 mil por el anhelado zaguero. Por ahora la prioridad es Formiliano por quien el club deberá negociar. La cifra que ofrece el club también tiene directa relación con el alicaído panorama financiero de la institución, sobre todo después de la última FECU, que arrojó pérdidas por más de $ 4 mil millones, un récord desde que existe la sociedad anónima.
Por otra parte, y ante delicado escenario económico, la opción de sumar un delantero cada vez es menos probable y solo podría abrirse en caso de que Nicolás Blandi encuentre algún destino, pero por ahora su elevado sueldo (US$ 80 mil) hace muy compleja la operación, por lo que es altamente probable que el plantel se cierre con el defensa.