Terminó el campeonato y Colo Colo entró en etapa de definiciones. El primer paso lo dio la Comisión de Fútbol, que se reunió el lunes en la tarde para comenzar a planificar la composición del equipo para la próxima temporada. La cita tenía como objetivo ir viendo la continuidad de varios jugadores. Sin embargo, el mayor tiempo del encuentro se lo llevó la renovación de Vicente Pizarro, una situación que indignó al directorio que hoy está en pie de guerra contra Fernando Felicevich, el representante del volante de 19 años.

La molestia radica en la manera en que se han ido dando las conversaciones, que comenzaron hace un año y medio con Jaime Pizarro, padre del mediocampista, y que han ido mutando hacia un nulo entendimiento, principalmente después de que el empresario argentino comenzara a manejar al joven futbolista. El club le ofreció un contrato con una mejora escalonada en su sueldo y una cláusula de salida de US$ 2 millones por el 50% del pase. La oferta se hizo hace varias semanas, pero recién este lunes recibieron una contrapropuesta, que en la mesa fue calificada de “irrisoria”, pues contemplaba una rescisión cercana a los US$ 800 mil.

Frente a esta tardía respuesta, la mesa llegó al acuerdo de fijar un ultimátum de una semana al mediocampista para zanjar su continuidad, para bien o para mal. De todos modos, el club le va a hacer una última oferta, pero en la línea de cuidar el patrimonio institucional. Es decir, la posibilidad de una baja sustantiva de esa cláusula no está en discusión, dicen en el Monumental.

En el directorio la indignación es grande no solo porque consideran que Felicevich “está llevándose un activo del club”, sino que la actitud suya y la de sus emisarios durante las negociaciones “no ha sido la mejor”. Y si bien no ha habido reuniones de directorio últimamente, sí hay una opinión transversal de, en lo posible, no volver a hacer negocios con el publicista argentino, incluso si es que se llega a un buen puerto en el caso de Vicho. “Queremos evitar zonas grises”, dice un miembro de la mesa, mientras que otros integrantes coinciden en que “no se pueden volver a cometer los errores del pasado”, fijando cláusulas de salida muy bajas como la que pretende el agente de los principales futbolistas de la Selección.

También hay molestia con Jaime Pizarro, por avalar la manera en que se ha ido llevando a cabo la negociación y por no contestar a los mensajes de la dirigencia para agilizar las gestiones. Eso ha generado bastante decepción en la cúpula por lo que significa el Káiser para el Cacique.

Los líos de Colo Colo y Felicevich se remontan a bastante tiempo atrás. En 2015 hubo conflictos por la abrupta salida de Humberto Suazo y luego, en 2018, Aníbal Mosa envió una carta al directorio reclamando por la relación entre el representante y Guillermo Mackenna, asesor de la mesa que en ese entonces encabezaba Gabriel Ruiz Tagle. En aquella misiva, el puertomontino cuestionó el fichaje del venezolano Danny Pérez, en una operación que involucró a Deportes La Serena como club dueño del pase.

Más protocolos

Otro de los temas que se analizó el lunes fue el de los brotes de Covid-19 que afectaron al plantel en la parte final del campeonato. El jefe del área médica, el doctor Matías Morán expuso sobre este asunto y la conclusión fue que, si bien los protocolos dentro del club fueron eficientes, las eventuales fallas se produjeron por las actividades personales de los involucrados. En algunos casos hubo una exposición innecesaria al concurrir a actividades sociales.

Frente a ese escenario, se está evaluando crear un nuevo protocolo interno para evitar intentar prevenir de la mejor forma posible situaciones como las que terminaron privando al Cacique de quedarse con el título.

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