La tienen difícil los hinchas de Colo Colo en este 2020. Si antes ver un partido del Cacique era un motivo para relajarse y disfrutar, está claro que esta versión del equipo popular impide ese propósito. Más bien, cada vez que se deban poner frente al televisor para ver a los albos, considerando que la pandemia impide ir al estadio, habrá que dotarse de algún elemento para calmar la ansiedad. Que parte en la cancha y se transmite. Que no le da paso a la seguridad. Y que mantiene a la escuadra de Gustavo Quinteros en el fondo de la tabla y, ahora, ni siquiera con la posibilidad matemática de darle alcance a La Serena en el partido entre ambos, que será más clave que nunca en la lucha por salvar la categoría.

Colo Colo está condenado a sufrir. Ni insinuando su mejor versión parece desafiar ese destino. Partió golpeando de entrada con el gol de Leonardo Valencia, mostró mejorías individuales, como en el caso de César Fuentes, y recibió el refresco que implica la presencia de Matías Fernández en la mitad de la cancha. Pero no le basta. Sigue frágil. Le llegan y le dañan. La ventaja le inicial le dura poco, pues en los 24′ le anota Juan Sánchez Sotelo y ni siquiera es capaz de sacarle partido al hombre de más que tuvo durante 56 minutos, por la expulsión del delantero argentino tras un impresentable planchazo a Nicolás Blandi, el otro retorno ilustre de la escuadra de Macul.

Los albos alcanzaron a ponerse de pie otra vez, con un impecable cabezazo de Maximiliano Falcón, en los 29′, pero fueron incapaces de materializar esa ventaja, la del hombre de más y la de la supuesta diferencia de jerarquía entre los jugadores de uno y otro plantel. De esta última, casi un cliché, cada vez quedan más dudas. Colo Colo es un equipo lleno de vaivenes y de inseguridades. Que puede rendir en buen nivel como al comienzo, pero al que le sigue faltando estabilidad para extender esos momentos. Y si se encuentra con un rival con un mínimo de voluntad para darle pelea, lo pasará mal. Tambaleará, se caerá y, muy probablemente, se quebrará. Y eso fue lo que pasó en el estadio CAP. A pesar de la desventaja numérica, el equipo de Gustavo Florentín no bajó los brazos e incluso obligó a una gran tapada de Brayan Cortés para evitar la caída de su arco ante un disparo de César Valenzuela. El empate, eso sí, desnudó otra de las debilidades del Cacique. En un balón detenido, un tiro de esquina ejecutado por Valenzuela, Claudio Sepúlveda le ganó a la defensa alba y venció a Cortés.

Colo Colo volvió al hoyo en el que ha estado todo el año. Quinteros había intentado remecerlo con los estrenos de Ignacio Jara y Pablo Solari y con el ingreso de Javier Parraguez. A los dos primeros poco se les puede reprochar. Al centrodelantero, en cambio, otra vez se le puede señalar por desperdiciar inexplicablemente una clara ocasión. Está tan débil Colo Colo que cualquier golpe lo deja groggy. Colo Colo es de cristal.

Huachipato 2-2 Colo Colo

Huachipato: Urra; Gutiérrez, Ramírez, Tapia, Castillo (19′, Escobar); Sepúlveda, Poblete; Valenzuela, Mazzanti (76′, Verdugo), Cuevas; Sánchez Sotelo.

DT: Gustavo Florentín

Colo Colo: Cortés; Vejar, Falcón, Insaurralde, De la Fuente; Fuentes, Suazo; Costa, Fernández (63′, Solari), Valencia (77′, Jara); Blandi (63′, Parraguez).

DT: Gustavo Quinteros

Goles: 1-0, 2′, Valencia define con la derecha, tras centro de Fuentes desde la derecha; 1-1, 24′, Juan Sánchez Sotelo define con un derechazo en el centro del área, tras un rebote; 29′, 1-2, Falcón, cabezazo tras córner de Costa desde la izquierda; 2-2, 70′, Sepúlveda, cabezazo tras córner de Valenzuela.

Dirigió Cristián Rojas, quien amonestó a Cuevas en Huachipato y a Valencia, Fernández en Colo Colo. Expulsó a Sánchez Sotelo, en los 34′.