No pudo ser mejor el inicio del partido para Everton. A los 4 minutos ya se imponía por 1-0, gracias al tanto de Patricio Rubio. El gol, contrario a lo que pudo pensar, le hizo mal al cuadro ruletero. Le hizo cambiar y jugar a lo que menos ha mostrado en este torneo. Le hizo retroceder y pensar muy temprano en defender la ventaja más que en ir por el arco rival.
El cuadro oro y cielo poco a poco se empezó a meter atrás. A encajonar. Y Colo Colo, obviamente, se fue estacionando en el campo de los dueños de casa. Ganando todas las pelotas divididas y generando una sensación de dominio evidente. El empate estaba cantado y llegó a los 18', gracias un zurdazo al ángulo de Julio Barroso.
El equipo de Guede (quien observó el partido desde una caseta del Sausalito) logró anular las virtudes de Everton. La conexión de Cuevas, Mugni, Salinas y Rubio, se cortó. Salvo el goleador, el único que ofrendó un nivel acorde a la instancia, el conjunto de Viña del Mar quedó sin sorpresa ni ideas en su ofensiva. ¿Miedo escénico? Lo cierto es que la propuesta del elenco de Vitamina Sánchez, aplaudida hasta hoy, fue muy timorata.
Los albos, posiblemente, no esperaban un compromiso así. Tácticamente bien parado, especialmente a la hora de contener y eclipsar a los talentosos de Everton, Colo Colo llevó al duelo a su zona de confort. No es que haya sido una tromba ofensiva. El cuadro de Macul apostó por solidez. La creatividad quedó a cargo de Valdés y Valdivia, quienes mezclaron buenas y malas.
El compromiso, más allá de la tensión de lo que estaba en juego, cayó en un bajón futbolístico.
Y transitó por ese camino hasta que Valdés se encontró con una buena a los 67'. Encaró y sacó un derechazo desde unos 30 metros. Respetable intención, coronada por un error grosero del portero Eduardo Lobos, quien se comió el gol de punta a punta. Otra vez, Everton sufría por culpa de su arquero con sobrepeso.
Colo Colo tenía el partido en un escenario ideal. Había que esperar a un Everton desesperado y salir rápido en contraataque. Además, Pato Rubio salía del campo muy lesionado y con los cambios agotados. Todo se le complicó, sin embargo, por un balón detenido que Raúl Becerra cabeceó perfecto para la igualdad ruletera.
Había que jugársala toda, dijeron en Everton. De hecho, Vitamina le rogó a Rubio que regresara al campo, aunque sea jugando en una pierna. El conjunto viñamarino se entusiasmó y, cosas del fútbol, pagó por eso. En una salida rápida de Colo Colo, el centro de Orellana le quedó justo a Rivero, quien con un derechazo cruzado decretó el triunfo del Cacique a los 90'.
Los albos son punteros con 27 y esperan lo que pase con Unión Española para saber si esta es una lucha de dos en la cima. Como en el primer semestre, sufriendo, con emoción, Colo Colo rescata una victoria clave en su lucha por el título. Aunque en el torneo pasado parecía una victoria definitiva y ya todos saben cómo terminó la tabla.