Colo Colo juega su partido del siglo

Colo Colo está motivado. Confía en torcer la historia. Esa que dice que jamás ha podido superar a un equipo brasileño en llaves de eliminación directa por la Copa Libertadores. Hay convicción en el Cacique.

"Tenemos una gran tarea por delante y mañana (hoy) es uno de los partidos más importantes en la historia del club en los últimos 21 años", expresó el DT Héctor Tapia, quién apela al recurrente discurso de que el equipo sabe enfrentar los desafíos bajo presión. "Tengo un plantel con mucho recorrido y eso suma en este tipo de competencias. Cada vez que se les ha exigido algo, lo han podido superar y a eso apelaremos", añadió.

Los antecedentes son lapidarios: en nueve eliminatorias ante elencos amazónicos, el campeón chileno nunca pudo avanzar, la más reciente fue en la pasada Libertadores, cuando quedó eliminado ante Botafogo, en la segunda fase previa a la etapa de grupos. Sólo celebró en dos ocasiones (en la Conmebol 93 ante Vasco da Gama y en la Supercopa 96 ante Flamengo).

Por juego, Colo Colo cree en lo que puede hacer. Y tiene razones para soñar. En la ida lograron doblegar con claridad al Timao y la apuesta de Tapia busca imponer su línea de juego nuevamente. "Corinthians es un equipo potente, Colo Colo es un equipo potente. El partido va a pasar por someter al rival. Hacer el juego de cada uno, llegar con mucha gente en ataque", cree el DT.

Más allá del discurso del entrenador, el último entrenamiento de ayer fue clave, pues la duda para este juego era la inclusión de Esteban Pavez desde el primer minuto en desmedro de Lucas Barrios o mantener la alineación de los partidos recientes. El dilema es privilegiar el corte o la presencia en el área. Lo que también, en cierto modo, depende de la puesta a punto del ex Atlético Paranaense, quien superó en tiempo récord un esguince medial grado 3 en la rodilla izquierda.

Más tarde, apareció el ex volante Emerson Pereira, fuerte candidato a sumarse al staff del fútbol joven del Cacique. Mientras que pasadas las 20.00 horas, una veintena de hinchas saludó con cánticos a los jugadores, mientras descendían del bus que los llevó de vuelta al hotel tras la práctica en el campo de entrenamiento de Palmeiras.

El recibimiento fue tranquilo en un comienzo, para luego dar paso a una numerosa batería de bengalas y hasta fuegos artificiales en el estacionamiento del hotel. Los jugadores descendieron rápidamente y algunos pudieron sacarse fotos, pero salieron rápidamente. Luego el alboroto continuó por algunos momentos. Los ruidos inquietaron a los dependientes del hotel y algunos hinchas se entrometieron, por lo cual se llamó a la Policía.

Pero más allá del asedio de la víspera, la convicción es una sola: terminar con una sequía que se extiende por 21 años.