Colo Colo logra un triunfazo ante Junior en Barranquilla y vuelve a los cuartos de final de la Copa Libertadores tras seis años

Colo Colo
Colo Colo vuelve a cuartos de final de la Libertadores tras seis años. Foto: Photosport.

Lucas Cepeda y Maximiliano Falcón le dieron a los albos una épica victoria por 2-1 en Colombia, que lo mete entre los ocho mejores de América y a la espera de River Plate o Talleres de Córdoba.



Después de seis años, Colo Colo tenía la gran oportunidad de volver a los cuartos de final de la Copa Libertadores. Sin embargo, para conseguirlo, debía sortear el duro obstáculo que significaba Junior en Barranquilla. Lo hizo a punta de oficio y jerarquía, algo que se extrañaba bastante en el fútbol chileno en los últimos años.

Los albos llegaron a Colombia con la ilusión de mantener el 1-0 de la ida y con el antecedente de que en esta edición solo perdieron en una ocasión como visitantes (2-1 ante Fluminense), mostrando la impronta copera de su técnico Jorge Almirón, un acostumbrado a las fases finales del sorteo. Y esa impronta volvió a pesar con un triunfazo, por 2-1 lleno de jerarquía.

El desafío para el Cacique era poder hacer frente a la intensidad del local en una cancha muy mojada y en un clima cálido y húmedo. La apuesta en ataque del cuadro popular se centró por las bandas, a través del recorrido de Mauricio Isla, por la derecha, y de Lucas Cepeda, por la izquierda. Además, en el mediocampo realizó un gran trabajo, a pesar de la ausencia de Arturo Vidal, quien solo ingresó en los minutos finales.

Una desinteligencia defensiva casi provoca la apertura de la cuenta a los 4′. Sin embargo, el remate de Carlos Bacca se fue levemente desviado. Fue la única jugada de riesgo en los minutos iniciales. Luego, a los 20′, la visita tuvo una muy clara, tras un gran pase de Vicente Pizarro que dejó solo a Javier Correa, pero la definición del delantero argentino fue muy mala y el balón se perdió por el fondo. El goleador dio muestras de que todavía no alcanza el nivel que llevó a su contratación.

Una de las virtudes del Colo Colo de Almirón es la tranquilidad en instancias de presión. Más allá de ciertas imprecisiones en la salida y el asedio del dueño de casa, el cuadro nacional se vio con mucho aplomo y bastante compacto. Hacia la media hora del primer tiempo, el Tiburón adelantó sus líneas, pero sin mucha efectividad al momento de definir en el arco contrario. En definitiva, el trámite se le estaba dando con bastante comodidad.

Y esa ratificación llegó en el minuto 43, un mal despeje del arquero Santiago Mele fue aprovechado por Cepeda, quien avanzó con el balón y se despachó un zurdazo de mucha distancia para batir al meta local y abrir la cuenta. No obstante, la ventaja duró apenas 90 segundos. Didier Moreno habilitó por el centro a Bacca, quien se filtró entre los zagueros y picó el esférico ante el achique de Brayan Cortés. El 1-1 seguía dejando muy abierta la llave.

La redención del Peluca

En el comienzo del segundo tiempo, y tal como ocurrió en la ida, Maximiliano Falcón perdió un pelota en el fondo, pero otra vez tuvo suerte de que su grosero error no terminara en gol. Tal como en Santiago, Carlos Bacca no pudo aprovechar el regalo y desvió de manera increíble su disparo.

Con el correr de los minutos, el principal desafío fue mantener la frescura de los jugadores albos frente al desgaste de defender ante un rival que necesitaba el gol a toda costa para al menos forzar a los penales. Eso mismo también, sabían en los albos, que podía dar rédito. A los 66′, un extraordinario desborde de Cepeda dejó en buena posición a Zavala, pero su remate fue algo imperfecto.

En los último 20 minutos, Almirón apostó por contener el mediocampo con los ingresos de Leonardo Gil y Gonzalo Castellani, por Palacios y Cepeda. Aun así, el Cacique tuvo una clarísima una pared entre el Colo, que había ingresado un minuto antes, y Erick Wiemberg terminó con un tapadón de Mele ante el tiro del valdiviano.

Fue el presagio de lo que vendría en la jugada siguiente. Un cabezazo de Castellani dio en el travesaño y Falcón el pie en la boca del arco para poner el 2-1 y amarrar la clasificación. Un tanto que dejó atrás su irregular actuación y que le añade otro capítulo a ese tan particular romance entre Peluca y la hinchada del elenco popular.

El tanto le puso la lápida al encuentro y el local cayó en la impotencia, prueba de ello fue la expulsión de Rafael Pérez por agresión a Pizarro. Así, los minutos finales fueron una fiesta alba tanto en la cancha como en las tribunas, donde una numerosa cantidad llegó a alentar al elenco nacional.

El pitazo final desató la algarabía de los albos, que siguen con la ilusión a tope. Ahora esperan por River Plate o Talleres de Córdoba, elencos que se enfrentan este jueves, a las 20.30, en el Monumental de Buenos Aires. En la ida, ganó el equipo millonario por 1-0, con un tanto del chileno Paulo Díaz.

Sea quien fuere el rival, nadie le puede negar el derecho a soñar que Colo Colo se ganó a punta de esfuerzo y carácter en esta Copa Libertadores.

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