Colo Colo no para los festejos y vence a O’Higgins en un partido bravo
El Cacique se impuso en Rancagua por 3-2, en un partido muy disputado y con varias ocasiones en ambos pórticos. Los albos quedan como únicos punteros del torneo nacional y estiran las celebraciones del título de Copa Chile.
Mientras más difícil, más se festeja. Y O’Higgins le puso muchos problemas a Colo Colo. Por eso, el 3-2 con que se impuso en Rancagua merece doble celebración. Por la exigencia que le planteó el rival y por lo que significa en la tabla: los albos son punteros exclusivos del Campeonato Nacional, a tres puntos del Audax Italiano.
Miguel Ramírez sabe jugarle a Colo Colo. En la banca de Santiago Wanderers le ganó como visita y en casa, con una fórmula que repitió en El Teniente. Mucha velocidad, mucha presión, un desgaste por sobre la media de sus jugadores. El Cacique se vio muy incómodo en los primeros 20 minutos, porque los circuitos del mediocampo no funcionaban. Gustavo Quinteros, desesperado, les pedía a sus jugadores que salieran largo, porque el atosigamiento en tres cuartos de cancha no le permitía jugar a su equipo.
Leo Gil y César Fuentes, tomados casi en área propia. La pelota iba y volvía al arco de Brayan Cortés. Los albos incluso se salvaron de un sombrerito de Facundo Castro que pegó en el travesaño. El susto, sin embargo, hizo despertar al puntero. Se conectaron Pablo Solari y Joan Cruz, dos habilidosos que empezaron a generar peligro por las bandas. También empezó a desequilibrar Marcos Bolados, con su potencia. El antofagastino lo tuvo también en área chica y en la misma jugada reclamó penal, pero el VAR, extrañamente, definió que la falta fue del delantero.
Como sea, un partido muy atractivo. De lo mejor que se ha visto en el campeonato, otra vez con Colo Colo como protagonista. Faltaba el gol. Y éste llegó de la mejor forma, con un tiro libre formidable del Tucu Sepúlveda, un misil de zurda que dejó parado a Cortés. Inatajable. El final perfecto para el primer tiempo, especialmente para los dueños de casa.
Pero si algo tiene esta versión del cuadro popular, y que marca una diferencia enorme respecto a la crítica temporada anterior, es que ahora sí sabe reponerse de lo golpes. Si el rival se duerme, lo aprovecha. O’Higgins se equivocó dos veces y pagó. Primero con un toque hacia atrás inentendible de Felipe Seymour, que Solari concretó arriesgando el pellejo. Después con las dudas del arquero Espinoza, que le dieron a Javier Parraguez el tiempo justo para anotar. Minutos 50 y 54: el empate y la ventaja para los blancos.
Gustavo Quinteros quiso cerrar el partido, haciendo ingresar a Bryan Soto. Adelantó a Gil, lo que finalmente desordenó el trabajo medio de su equipo. A los celestes les llegó un segundo aire y también la igualdad, gracias a una pelota suelta en el área que Pedro Pablo Hernández envió al fondo del arco. Se jugaban los 72′ y el resultado quedaba totalmente abierto.
Mucha emoción para el cierre del compromiso. Dos elencos decididos a ir por la victoria. La diferencia estuvo en la zurda del Colo Gil. Un tiro libre excelente, tan bueno como el que abrió la cuenta para los locales, que se clavó en la portería de Espinoza. Brillante, para gritarlo con fuerza, para que escuche Martín Lasarte en la Selección, donde no tiene a ningún jugador con las características del chileno-argentino.
El líder supo aguantar hasta al final. Se arropó y trató de matar de contragolpe. O’Higgins también tuvo la opción del 3-3, pero Cortés estuvo brillante en el achique. Así se impuso Colo Colo en un partido bravo, de esos que marcan el camino en una campaña. Se abrazan jugadores e hinchas. Después de ganar la Copa Chile el fin de semana, el Cacique también sonríe en el campeonato local.
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