El último recuerdo de Jorge Almirón enfrentando a Godoy Cruz es para el olvido. El 23 de junio del año pasado, dirigiendo a Boca Juniors, visitó al Tomba y recibió una goleada de 4-0 por la primera división argentina. Ahora, el exfutbolista retorna a Mendoza embarcado en un proyecto distinto y con otros objetivos (y obligaciones). Encabeza la ilusión copera de Colo Colo, esa que reflota todos los años pero que no consigue convertirse en una realidad. Ahora tiene una nueva oportunidad, encaminando su camino hacia la fase de grupos, el primer afán que tiene el nuevo cuerpo técnico albo.
El encuentro de este jueves, en el Estadio Malvinas Argentinas, es la primera prueba de verdad para la era Almirón en el Cacique. Pasaron los amistosos del verano y el turbulento inicio de temporada, con la Supercopa interrumpida por la violencia y el debut en el Campeonato Nacional con menos de tres mil personas en Santa Laura, ante Unión Española. Ahora el desafío es otro, porque la Copa Libertadores es distinta.
Si bien Godoy Cruz no es uno de los elencos de más peso en el competitivo fútbol transandino, sí es cierto que atraviesa un positivo momento, que le da otro estatus como rival. El equipo que dirige Daniel Oldrá, en el cual milita Thomas Galdames, está invicto y sin goles en contra en el inicio de la Copa de la Liga, que lo perfila como candidato para avanzar a la fase de eliminación directa del torneo del primer semestre en el país vecino.
En esta serie, Colo Colo se juega su presencia en la arena internacional en 2024. Si accede a la fase 3, asegura como mínimo entrar en los grupos de la Copa Sudamericana, algo no menor desde lo deportivo y también desde lo económico. Pero si llega a quedar afuera ante los mendocinos, adiós Sudamérica y tendría que volcar todos sus esfuerzos en el ámbito local. El partido de este jueves no solo se jugará en la cancha, sino que también en las gradas, por el tema de la seguridad. Se esperan cerca de 20.000 hinchas colocolinos en Mendoza, lo que ha obligado a redoblar la custodia policial, por los resquemores surgidos por el comportamiento reciente de la barrabrava del club chileno (antes de la Supercopa sucedieron incidentes en Uruguay y en Viña del Mar).
Uno de los nombres propios de la brega es Jorge Almirón, porque será su estreno internacional (por los puntos) al mando del elenco popular. Además, llega con el cartel de subcampeón de la Libertadores 2023. Esta eliminatoria contra el Tomba surge como una opción de revancha para el estratega tras perder en la final de la edición pasada ante el Fluminense, en el Maracaná. “El equipo está creciendo. No me siento favorito, pero sí me tengo mucha confianza, confío en que el equipo hará un gran partido. Serán 180 minutos en donde tenemos que estar muy concentrados”, declaró el DT.
Para tener presente
Si bien las estadísticas no juegan, hay un dato que en la tienda alba deben tener presente, porque los antecedentes no son lo más halagüeños. Colo Colo juega una ronda previa de Copa Libertadores por cuarta vez y no se clasificó a la fase grupal en ninguna de las anteriores: en 2005 (ante Quilmes de Argentina), en 2006 (contra Chivas de Guadalajara) y en 2017 (con Botafogo de Brasil).
El posible once titular que prepara Almirón sería el siguiente: Cortés en el arco; Opazo, Saldivia, Falcón y Wiemberg en la defensa; Vidal, Pavez y Gil en el medio; Zavala, Palacios y Bolados en ataque. Vuelve el ex Vasco da Gama al equipo, tras perderse el debut en el torneo local. Asoman como alternativas Damián Pizarro y el paraguayo Guillermo Paiva, que integran la delegación que cruzó la cordillera.
El ganador de la llave entre Godoy Cruz y Colo Colo enfrentará en la fase 3 del torneo al vencedor de la serie entre Sportivo Trinidense de Paraguay y El Nacional de Ecuador.