Colo Colo se abraza en el sur. Después de dos jornadas sin saber de malos ratos, frente a Ñublense y Palestino, el Cacique va al estadio CAP y vence a Huachipato con poco. Acertando en el epílogo de cada tiempo, pero sin dejar una gran imagen. El equipo de Gustavo Quinteros fue pragmático en todo el sentido de la expresión. Y le resultó. Y contó con un error decisivo en el penal del meta acerero Gabriel Castellón sobre Gabriel Costa, que le permitió a Iván Morales abrir la cuenta, que terminó siendo un aliado clave.

El análisis, eso sí, no puede obviar el trámite. Los albos sufrieron mucho para quedarse con la victoria, que selló el arranque en solitario del juvenil Luciano Arriagada, quien entró a última hora y marcó en los descuentos. Sobre todo en el primer tiempo, cuando los siderúrgicos mostraron un libreto bien aprendido, que casi se traduce en las mallas de Brayan Cortés. De hecho, en las manos del guardameta iquiqueño está la explicación de por qué el equipo de Macul vuelve a casa con tres puntos y no con una nueva decepción. En dos ocasiones, en la primera etapa, el golero, varias veces criticado y otras tantas decisivo, salvó la caída de su pórtico. En ambas, el origen de la jugada fue parecido. Ataques desde las bandas (primero de Martínez, por la izquierda, y luego de Gutiérrez, por la derecha) e intento difuso de definición en el centro del área. De hecho, los verdugos del golero pudieron ser sus compañeros Gabriel Suazo y Emiliano Amor.

Martín Rodríguez disputa el balón con el acerero Claudio Sepúlveda en el duelo jugado en el estadio CAP (Foto: Agenciauno)

El gol y poco más

A Colo Colo le costó afirmarse. Primero, porque careció de fluidez en la salida. Para este duelo, Quinteros apostó por la pareja de centrales compuesta por Matías Zaldivia y Emiliano Amor, una combinación que, si bien le puede aportar en experiencia, le resta en velocidad defensiva y, sobre todo, en fluidez al momento de la generación. El damnificado por la decisión fue Daniel Gutiérrez, quien tuvo que seguir el encuentro desde la banca. De hecho, al Cacique le costó tener el balón, porque rara vez pasó por Leonardo Gil, en cuyos pies normalmente reside la gestación de los ataques.

En el segundo tiempo, de hecho, fue evidente que Colo Colo tuvo poco el balón, regaló el dominio y apostó por algún contraataque. Además de la llegada en el epílogo que posibilitó el 0-2, en los pies de Luciano Arriagada, los albos habían generado apenas una ocasión clara, producto de una jugada bien asociada. En esa, Castellón estuvo notable para reaccionar ante la entrada de Iván Morales. Poco más mostraron los de Quinteros, por más que el marcador final pueda llamar a confusiones y generar una conformidad que puede resultar equivocada.

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