La historia suele ser cíclica. Hay acontecimientos que, con matices, se repiten. Se reeditan. Con dramatismo o alegría, según sea al caso. O con ambos elementos entremezclados, lo que le aporta aún mayor valor a la circunstancia.
Colo Colo puede consagrarse hoy, frente a Huachipato, como el campeón del Torneo de Transición 2017. El estadio Municipal de Concepción Ester Roa Rebolledo recibirá el partido, por la decisión de la dirigencia acerera de privilegiar la masiva asistencia de público y la cuantiosa recaudación sobre la localía que le correspondía ejercer en el CAP, enclavado en Talcahuano y al que sólo pueden ingresar 10.400 espectadores si se le autoriza el aforo total.
Cuarenta y cinco años antes, los albos celebraron en el mismo escenario. Que tenía otro nombre. Se llamaba Regional. El equipo de Luis Álamos consiguió el empate que necesitaba para bordar la undécima estrella en su bandera. Francisco 'Chamaco' Valdés abrió la cuenta en los 16'. La igualdad la anotó Miguel Ángel Neira, a cinco minutos del final. El Cacique armó un festejo que podría repetirse esta tarde. Con Esteban Paredes, Jorge Valdivia y Jaime Valdés como eventuales animadores de la celebración.
Leonardo Véliz abre el relato recordando una anécdota inolvidable de esa jornada, pero irrepetible en estos tiempos. "De vuelta, nos fuimos a cenar al estadio Español. Nos vinimos en cinco taxis a Santiago. El nuestro quedó en panne. El Negro (Elson) Beiruth se bajó 'en pelotas' a empujar. El Zorro (Luis Álamos, el técnico) se dio cuenta. Ellos venían atrás. Álamos, que era bien estricto con nosotros, no se complicó, porque también venían cantando. Nos subíamos cinco en un taxi. El viaje era largo. Pero la alegría era inmensa", grafica el exdelantero.
Antes de los festejos, Colo Colo tuvo que sufrir. Huachipato, que de la mano de Pedro Morales, comenzaba a configurar el equipo que dos años más tarde obtendría el primer título de su historia en Primera División, se esmeró en generarle inconvenientes. "Fue un lucha intensa, sobre todo en el mediocampo.El de ellos era muy bueno, con grandes jugadores. Y el nuestro, salvando las distancias, también tenía jugadores de buen nivel. Quizás no tan talentosos como ellos, pero que dábamos todo en la cancha. Y sobre todo en partidos como ése, que tenía todos los elementos como para motivarse al máximo, más allá de que estábamos fuera de la pelea por el título", recuerda Eddio Inosotroza, volante acerero en la época y quien, más tarde, conseguiría tres títulos nacionales con el Cacique, además de ser el ayudante técnico de Mirko Jozic en la obtención de la Copa Libertadores de 2001.
Leonel Herrera, parte del bloque defensivo del equipo popular en ese campeonato, da fe de lo complicado que resultó ese encuentro. "Recuerdo el nerviosismo de ese partido de que no nos fuesen a ganar. Si nos ganaban, no éramos campeones. La concentración hace olvidar algunas oportunidades de partido, de cómo defendimos y cómo atacamos. El nerviosimo obligaba a estar bien involucrado, pero los detalles se olvidan. Imagino que la sensación de los actuales jugadores de Colo Colo es muy parecida", apunta Chuflinga.
Los albos se sintieron como en casa. La asistencia al duelo ante los acereros superó los 30 mil espectadores. La mayoría de ellos, fanáticos del equipo popular.
La relación entre los hinchas y sus ídolos era diferente,Mucho más estrecha que la actual. Sin tantos filtros de por medio. "Sabíamos que si íbamos a jugar a provincia, íbamos a ser locales igual. Recibíamos a los hinchas en el desayuno en el hotel. Algunos subían a las habitaciones. Había una comunión increíble", sostiene el Pollo. "En esa campaña, jugamos a estadio lleno casi todos los partidos. En todos lados fuimos mayoría, nunca fuimos visita. Y en ese partido ante Huachipato no fue distinto. Jugamos como en casa, con el permanente apoyo de nuestra gente", apunta Herrera.
Huachipato, el teórico anfitrión, se sintió visitante, aunque intentó transformar ese elemento en una motivación adicional. "El estadio lleno fue una motivación para nosotros. Ese partido nos hizo crecer mucho como futbolistas. Nos dolió mucho ver a los jugadores de Colo Colo celebrando en nuestras caras. Fue incómodo que fueran campeones a costa nuestra", admite Inostroza.
Todos, incluso Inostroza, antagonista en la trama que se escribió en 1972. coinciden en que la escena debería repetirse esta tarde. Véliz recomienda mesura. "Si tengo que darle un consejo de Guede, le recomendaría el libro del Zorro Álamos. A lo que más le temía era a los equipos chicos. Colo Colo no puede ni pestañear, porque Huachipato tiene lo suyo. Cuidado con Soteldo, que es más rápido, tiene técnica, explosión. Es una amenaza demasiado peligrosa como para descuidarse", advierte.
Herrera, a quien la crítica acerca del técnico transandino que dirige en Macul le costó la marginación del equipo de Colo Colo de Todos los Tiempos, no retrocecede en su postura. "Sigo manteniendo que Colo Colo va a salir campeón por los jugadores. Pongo muy poco porcentaje de mérito en Guede. No está capacitado. Lo pifian y es por algo. No es porque yo lo diga, sino que es una opinión generalizada. Ya no es un problema personal, sino de multitud. No me gusta. Colo Colo será campeón por la calidad de los jugadores. No me gusta su personalidad. Es todo él. El colocolino es humilde y trabajador. Colo Colo necesita gente que actúe así y no un tipo apático, sin carisma", dispara, reabriendo la herida. "Lo que me interesa tener libertad de decir lo que quiera, no que me pongan en Colo Colo de Todos los Tiempos si no podré decir lo que quiera. No estoy casado con nadie. Siempre querré lo mejor para Colo Colo. No hubo acercamientos, pero los entiendo. Son empleados del club. Yo, no", dice.
Yeyo Inostroza también confirma el favoritismo del equipo popular en el partido de esta tarde y, sobre todo, la importancia del entono favorable que encontrará en la Octava Región: "En el fútbol no hay nada fácil, menos en estos partidos. Colo Colo llega con una ventaja importante y jugadores que pasan por excelente momento. De todas formas, saldrá campeón y le favorecerá que se juegue en Collao". Como en 1972. Como hace 45 años. Como si la historia sintiera la necesidad de reescribir algunos de sus capítulos.