Colo Colo ya mira el centenario: las primeras exigencias de Jorge Almirón para pelear la Copa Libertadores en 2025
El técnico albo mira hacia el futuro. De hecho, ya trazó las primeras líneas para darle continuidad al proyecto deportivo del Cacique. El objetivo es llegar más lejos la próxima temporada, justo cuando se celebran los 100 años de la institución.
En Buenos Aires, Colo Colo recibió un golpe de realidad. Los albos dieron batalla, concentraron la posesión del balón y, por algunos pasajes, se vieron mejor que River Plate, pero fue el equipo de Marcelo Gallardo el que terminó celebrando. Un desajuste defensivo impropio de la decisiva instancia que se estaba jugando, permitió que Facundo Colidio se filtrara y batiera a Brayan Cortés. La jugada, traumática por las consecuencias que implica, termina siendo una enseñanza: los equipos de jerarquía no dejan pasar las ocasiones de las que disponen y, asimismo, castigan severamente el más mínimo error del rival.
El Cacique procura levantar cabeza. Aunque la ilusión era manifiesta y el golpe duele, hace rato que en Macul se vienen dando pasos que apuntan hacia 2025. El año es simbólico: el 19 de abril, los albos celebrarán el centenario institucional. En el frontis del estadio Monumental, de hecho, hay una cuenta regresiva que llega hasta ese hito. La intención de la directiva que encabeza Aníbal Mosa es la celebración coincida con la consolidación de un equipo que dio señales de que puede competir a buen nivel en la Copa Libertadores, pero al que le falta dar un salto mayor de calidad.
Satisfacción
Jorge Almirón es la piedra angular del proyecto. El entrenador argentino llegó precedido de un atractivo currículo, que incluía la final de la ultima edición del torneo continental, con Boca Juniors. Un semestre le bastó para darles a los albos un estilo y una solvencia que les permitió obtener triunfos históricos, lo que volvió a instalarlos entre los ocho mejores del continente después de seis años.
En el directorio de Blanco y Negro existe consenso absoluto en que la gestión del transandino ha resultado un completo acierto, y en que debe seguir siendo el técnico que conduzca al equipo, incluso más allá de diciembre de 2025, como está establecido en el contrato original, que no contempla una cláusula de salida. La enorme inversión de US$ 1,6 millones por temporada terminó justificándose con el rendimiento del equipo a nivel internacional que, de paso, sumó importantes premios de la Conmebol. “Él (Almirón) tiene contrato vigente hasta diciembre del próximo año. Ha demostrado con creces que es un entrenador muy trabajador, con experiencia copera y con muchas ganas de conseguir logros. Creo que debiera ser el responsable del proyecto a largo plazo que venimos buscando hace tiempo. Vamos a proponer en el próximo directorio extender el contrato de Jorge, mas allá de esa fecha. Me atrevo a decir esto antes del partido frente River porque estoy convencido de sus capacidades, independientemente del resultado”, declaró Alfredo Stöhwing, quien dirigía la concesionaria cuando firmó Almirón, a El Deportivo, antes de la revancha frente a los Millonarios. En el bloque asociado a Aníbal Mosa, el actual presidente, tampoco hay dudas.
Almirón, por cierto, se siente cada vez más cómodo. En la intimidad de la convivencia alba ha dejado entrever que está feliz con la capacidad de los jugadores que tiene, a la hora de administrar momentos complejos. Incluso ha llegado a decir que su propuesta futbolística ha sido mejor entendida por los albos que por los xeneizes. “Tuvimos más partidos que todos y el equipo compitió siempre, fue creciendo. Fuimos aprendiendo a jugar este tipo de partidos, que son finales. Hoy se vio. El equipo compitió a gran nivel, jugamos muy bien por momentos”, resumió este martes, en Núñez. “Nos faltó tomar mejores decisiones”, apuntó, a modo de autocrítica.
En Chile está feliz. En Pedreros se siente respetado y, paulatinamente, ha empezado a notar el cariño de los hinchas, a quienes en principio les costó asumir los ajustes inherentes para el desarrollo de su propuesta. Su paso en el Cacique también le ha servido para revalorizar su carrera, tras su tormentosa salida de Boca Juniors. Hoy su nombre ya seduce en el continente. Más allá de los deseos que pueden existir por ficharlo, el argentino no tiene cláusula para dejar el club al final de temporada y el equipo que quiera llevarlo tendría que pagar la temporada que le resta en Macul.
El salto de calidad
En plena carrera alba en la Copa Libertadores, Almirón estableció que la prioridad es clasificar a la siguiente. Idealmente, en forma directa a la fase de grupos, lo que permitiría una planificación más adecuada y, en el plano económico, garantizar recursos para seguir potenciando el plantel. El piso es de US$ 3,3 millones. En Chile, el campeón y su escolta van a esa instancia. Con tres partidos pendientes, los albos bregarán por darle alcance a la U en el primer puesto. Si no lo consiguen, y no los sobrepasa alguno de sus seguidores, serán Chile 2.
La convicción del técnico es que ya se formó una base, pero que aún existe un margen de crecimiento considerable. “El equipo estuvo a la altura y puede seguir creciendo”, estableció. En ese contexto, ha dejado entrever un lineamiento clave: mejorar el estándar de calidad para que entre titulares y suplentes no haya diferencias significativas, un principio que se suele aplicar en los equipos que pelean por objetivos importantes. “Dos clase A por puesto”, revelan en Pederero.
La muestra más cercana en ese sentido puede ser el propio River Plate, que el sábado había ocupado una formación ‘alternativa’ para vencer a Boca Juniors en el Superclásico argentino y este martes, con sus figuras estelares, doblegó a los albos. Incluso la historia del equipo popular ofrece un ejemplo feliz: el Colo Colo de Mirko Jozic, que levanto la Copa en 1991, tenía esa composición.
El análisis del técnico y su staff va más allá de los nombres: consideran que aumentar la competitividad interna necesariamente elevará los niveles y que, por consiguiente, se dará el salto de calidad que permitirá acercarse a los principales animadores del fútbol a nivel continental. Por lo pronto, ha logrado mantener a todos los jugadores alineados. Tampoco le tiembla la mano si tiene que tomar decisiones que molestan o reprender a alguno de sus dirigidos por actitudes inadecuadas. La pataleta de Alan Saldivia, que controló enérgicamente, es un caso. El uruguayo jugó en la revancha ante River por la falta de alternativas, considerando que no estaba el suspendido Maximiliano Falcón.
Renovaciones en marcha
Al margen de la búsqueda de piezas de alto nivel, por estos días en Macul la prioridad está puesta en un aspecto clave: las renovaciones de las principales figuras del plantel actual. En ese escenario, de acuerdo a la hoja de ruta que se planteó, ya existen acuerdos con Maximiliano Falcón y Vicente Pizarro. Al del volante solo le falta la firma. Con Brayan Cortés también hay un principio de entendimiento, aunque en su caso hay restan detalles por afinar. En el club estiman que no deberían existir inconvenientes para que el iquiqueño siga.
En el caso de Arturo Vidal, quien firmó por un año, el plazo máximo que permitió el directorio, después de someterle a exhaustivas revisiones físicas, está la convicción de que debe continuar. También se estima que las negociaciones transcurrirán sin dificultades.
Más cautela hay en los casos de Emiliano Amor y Leonardo Gil. El central revitalizó su importancia ante las ausencias de Saldivia, por lesión, y de Falcón, por suspensión. En el caso del volante, quien salió ofuscado en el partido de este martes, la traba es el alto contrato: percibe $ 60 millones mensuales y es el tercer sueldo más alto del equipo. Su continuidad pasará, necesariamente, por acotar ese monto.
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