Colombia llegó a la Copa del Mundo. Se demoró un partido y medio, pero apareció con todo. En su segunda presentación en Rusia dio cuenta de Polonia por un claro 3-0 y con eso recuperó la esperanza de clasificar a los octavos de final. Y de paso, eliminó de la competencia al primer combinado europeo, uno de los cabezas de serie, además.
Pekerman apostó por el buen trato de la pelota. Por eso alineó desde el primer minuto a James Rodríguez y a Juan Fernando Quintero. A través de ellos fluyó el juego colombiano, con leve inclinación hacia la banda derecha, la zona de confort para Juan Cuadrado, el carrilero de la Juventus.
Así, el conjunto cafetalero poco a poco empezó a tomar el control del mediocampo. No sin dificultades, en todo caso, ya que Polonia salió a presionar en los primeros minutos, explotando la potencia física de sus jugadores y los balonazos al área, casi todos con Robert Lewandowski como destinatario. Fue corto el período de apremio, eso sí. El toque colombiano, el estilo sudamericano, sacó de sus esquema al estructurado conjunto europeo.
El tema es que eso no se traducía en ocasiones de gol. Las aproximaciones al arco de Wojciech Szczesny eran principalmente centros, repelidos fácilmente por la centrales polacos. Recién a los 37 minutos, Cuadrado llegó a línea de fondo dentro del área. Hasta ahí, lo más peligroso del partido. En realidad solo fue un aviso de lo que vendría tres minutos después, cuando James Rodríguez puso un centro perfecto en la cabeza de Yerry Mina. El espigado zaguero se adelantó al portero y abrió la cuenta para el deleite de los miles de colombianos que llegaron a Kazán.
En el complemento, Polonia intentó nivelar. El equipo de Pekerman, sin encerrarse, cedió terreno para matar con espacios en ofensiva. Así justamente llegaron los dos goles que finiquitaron el duelo: el primero de Falcao (70', pase notable de Quintero) y el segundo de Cuadrado (75', asistencia de James).
La diferencia destruyó cualquier ilusión del cabeza de serie del Grupo H. El duelo se desdibujó. Colombia se adueñó de todo. Solo tenía que dejar pasar el tiempo para celebrar su primera victoria en Rusia 2018. Y así fue. Triunfo cafetero, sueño revitalizado. El país de la cumbia ahora se entusiasma con los octavos de final, aunque para eso debe jugarse todo ante Senegal en la última fecha.