Colombia supera largamente a la Roja en la valorización de su equipo en los últimos 12 años

La eliminación de la Copa de Sudáfrica 2010 representó una verdadera hecatombe en Colombia. Precisamente, el equipo de Marcelo Bielsa fue el que puso el último clavo en ese 4-2 de 2009, en Medellín, la última vez que la Roja venció por eliminatorias al rival de mañana, en cualquier cancha.

Desde ese fracaso, el cuadro cafetalero asistió a las últimas dos copas del mundo y en Qatar 2022 pretende, al menos, igualar su mejor registro de asistencias: tres mundiales entre 1990 y 1998.

Al contrario de Chile, el equipo cafetalero no registra títulos desde que logró su única Copa América, la que levantó en 2001 en su país, sin la asistencia de la selección de Argentina.

Sin embargo, pese a esa escasez de galardones, el equipo caribeño ha logrado un crecimiento sostenido, de acuerdo al ranking FIFA, la lista que confecciona la federación internacional para medir el momento de las selecciones.

En 2010, el equipo que hoy dirige Reinaldo Rueda llegó al piso del puesto 36°. Un año más tarde, subió sólo un puesto tras la Copa América 2011, cuando el equipo de Claudio Borghi ya se enmarcaba undécimo.

Pero en los últimos diez años, la superación de Colombia ha sido notable. Después de Brasil 2014, el equipo apareció cuarto en el listado, mientras que la Roja llegó al undécimo.

Tras el título de 2015, el cuadro de Jorge Sampaoli firmó el undécimo puesto, mientras que los cafetaleros no soltaron el cuarto puesto. Ni siquiera luego de la Copa Centenario 2016, donde el nuevo título chileno premió con un quinto puesto, contra el tercero de Colombia.

Hoy, la tendencia es la misma: los tricolores son décimos quintos en el ranking FIFA, mientras que la Roja rasguña el último puesto del top 20.

Si hay un rasgo que grafica el éxito futbolístico de una nación, esa no es más que la presencia en las cinco principales ligas del continente: Inglaterra, Francia, Italia, España y Alemania.

En ese apartado, Colombia le lleva una distancia notable a los deportistas chilenos. En el inicio de las últimas 12 temporadas europeas, el cuadro caribeño ha puesto 292 veces el nombre de uno de los suyos en el Big Five del fútbol planetario.

Claro, muchos de ellos se repitieron el plato en años sucesivos, pero lo mismo se puede decir de los nacionales que lograron iniciar la temporada en 185 ocasiones, más de un centenar de déficit respecto del rival de este jueves.

El mejor momento de los colombianos fue en la temporada 2013-’14, cuando puso a 33 jugadores en esas ligas con los 13 que tenía en Italia y la decena que comenzó en clubes españoles.

Por el lado nacional, el peak se produjo en la temporada 2012-’13 con 25 jugadores, cuando había 12 compatriotas en la Serie A italiano y 8 en España. Eran los tiempos de Arturo Vidal Mauricio Isla en la Juventus, Matías Fernández y David Pizarro en la Fiorentina o Mauricio Pinilla en Cagliari. Mientras en LaLiga Gary Medel triunfaba en Sevilla, Claudio Bravo en la Real Sociedad o Alexis Sánchez en Barcelona.

Sin embargo, donde mejor se leen las distancias entre Colombia y Chile es la tasación de sus respectivas figuras. En la Copa del Mundo de Sudáfrica 2010, el plantel de la Roja costaba US$ 118 millones. Tras esa fecha, el precio máximo de la plantilla chilena llegó a un precio máximo de US$ 210 millones en la Copa Centenario 2016, tras el segundo título del equipo.

Hoy, los pases de los seleccionados nacionales suman US$ 94 millones, contados cada uno de los miembros del plantel. Es decir, menos de un 80% de la tasación obtenida hace ya más de 11 años.

En el lado colombiano las cifras han tenido un crecimiento sostenido. Desde el fracaso de 2010, cuando su equipo costaba 76 millones de dólares, el valor de la selección cafetalera subió a 134, un año más tarde.

Tres años más tarde, después de Brasil 2014 -donde el equipo llegó a cuartos de final- la tasación del plantel llegó a US$ 252 millones, en gran parte tras el traspaso de James Rodríguez de Monaco a Real Madrid en casi 90 millones.

Un año después, el equipo llegó a una valoración de 321 millones de dólares. Y aunque en 2016 bajó a 208 millones, después de la Copa América de 2019, el equipo llegó a un techo de 327.

La irrupción de jugadores como Davinson Sánchez (pasó de Ajax a Tottenham por US$ 48 millones en 2018), Luis Muriel (se fue de Sevilla a Atalanta en 24 millones en 2019) o Yerry Mina (se fue de Barcelona a Everton en 34 millones, en 2018) son parte de la ecuación.

Tanto, que en la actualidad el cuadro de Reinaldo Rueda cuesta 236 millones de dólares, mucho más del doble de lo que cuesta la escuadra chilena.