A las 20:30 con exactitud arrancó el duelo en Barranquilla, solo algunos segundos antes que el duelo entre Chile y Brasil. En los instantes iniciales, la selección dirigida por Rueda se plantó en terreno rival, respondiendo a la ofensiva formación que planteó el entrenador, con una mayoría de volantes ofensivos.

La primera ocasión clara, de esta manera, llegó justo antes de cumplir los cinco minutos de duelo. Luis Díaz se sacó al golero Rubén Cordano, tocó atrás al quedar sin ángulo, pero la zaga despejó al córner. Los avisos de la selección cafetera eran una demostración de su intención inicial.

Pese al esquema elenco cafetalero, por las características de sus futbolistas, las ocasiones más claras se le daban cuando encontraban espacios. Sin embargo, esto escaseaba frente al murallón que paró César Farías, cuyo elenco se preocupaba mucho más de reducir a los locales que de encontrar opciones en su zona.

Díaz, el distinto

Claro que tener un jugador diferenciador facilita las cosas. A los 39′, Luis Díaz recibe libre por el sector izquierdo, encara hacia al centro y dispara un balón colocado con su pie derecho hacia el palo zurdo del golero. La volada de Cordano fue inútil ante el gran remate del delantero del Liverpool, que rompió con los ocho partidos si anotar.

Ganando y con los cálculos que habían sacado, por los otros resultados, terminaron el primer tiempo con sensaciones positivas. Su sueño seguía.

Pese a que Farías intentó modificar el panorama con el ingreso de Ramiro Vaca por César Menacho, los primeros minutos del complemento fueron de escaso ritmo futbolístico. La selección visitante carecía de argumentos.

Fiesta en Barranquilla

En paralelo al segundo penal que se le cobró en contra a Chile, los cafetaleros armaron la fiesta. Juan Guillermo Cuadrado apareció en el sector izquierdo, se conectó con Luis Díaz, quien en el área, como acostumbra, marcó la diferencia en un metro cuadrado. Centro del hábil extremo y cabezazo a boca de jarro de Miguel Borja para desatar la locura en el Metropolitano Roberto Meléndez.

El segundo tanto fue el desahogo para una selección que venía a capa caída. Los últimos minutos fueron un mero tramite para el encuentro. Los de Rueda manejaron el balón como toda la noche, pero ya sin afán de hacer daño. Aun así, tuvieron una para aumentar. Mateus Uribe capturo un rebote en el área chica, luego de que el balón chocara en el travesaño y puso la lapida al marcador.

No siempre la estadística refleja tanto lo sucedido en el campo, como en este duelo. Los locales tuvieron un 76 por ciento de manejo de pelota, cifra demoledora. Todo lo contrario para Bolivia, que al no salirse nunca del libreto no tuvo remates ni al pórtico ni afuera. Borja casi logra un doblete, sin embargo, se anuló la cuarta conquista por offside.

De esta manera, los dirigidos por Reinaldo Rueda llegan al cierre de la Eliminatoria envalentonados y con opciones de meterse al Mundial. Están sextos en la tabla, a tan solo un punto de Perú que cierra ante Paraguay.

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