Cómo Nicolás Córdova venció a Marcelo Bielsa: escaneo profundo a la pizarra de la Roja Sub 23 en el triunfo sobre Uruguay
La planificación del rival le resultó al entrenador chileno en el duelo ante la Celeste, donde logró un triunfo que le permite reinsertarse en la pelea del grupo B del Preolímpico. Chile no solo cambió de dibujo táctico ante los pupilos del Loco, sino que también cedió protagonismo y la posesión del balón, aspectos contrarios al ideario del estratega nacional.
La selección chilena Sub 23 estaba obligada a vencer a Uruguay para seguir con vida en el Preolímpico de Venezuela 2024. Ese afán de sacar un buen resultado creció tras el decepcionante estreno ante Perú, tanto por la derrota como por la expresión futbolística del equipo de Nicolás Córdova ante el (aparente) más débil del grupo. Para fortuna del combinado nacional, se logró una victoria (con gol de Clemente Montes) que le da aire y vida a la Selección, por muy difícil que sea capturar una de las dos plazas hacia París 2024.
Ganarle en la pizarra a un entrenador de extensa y laureada trayectoria como Marcelo Bielsa se puede considerar hasta una proeza, no obstante Córdova lo consiguió. Los cambios que ejecutó respecto al duelo contra los peruanos dieron el efecto deseado. “A él (Bielsa) lo conocemos muy bien porque estuvo en Chile, fue nuestro seleccionador e hizo un cambio importante en la forma de ver el fútbol en el país. A partir de eso sabemos cómo interpreta los sistemas de juego y cómo ve el fútbol y, en ese sentido, lo estudiamos bien”, dijo el seleccionador nacional.
En este artículo se desmenuza el trabajo táctico y el desempeño de Chile para derrotar a la Celeste y seguir con las aspiraciones de llegar a Francia.
Cambio de esquema
Lo primero que se percibió en el juego fue un cambio de esquema. Ante Perú, la Roja salió a la cancha con un 4-3-3, un dibujo más acorde al fútbol que pregona Nicolás Córdova. Para la presentación ante los orientales, la táctica mutó y osciló entre un 3-4-1-2 que durante gran parte del partido fue un 5-3-2. “Hoy (sábado) se propuso otra cosa por las capacidades del rival y por su forma de jugar porque es un rival más dinámico... Entonces, la planificación del partido va en base a lo que ofrece el rival, porque nosotros no jugamos solos”, dijo Córdova, justificando el planteo.
La presencia de Jonathan Villagra en la zaga, junto a Valentín Vidal y Matías Vásquez, le dio más seguridad en la defensa a la Selección. La destacada labor del jugador de Unión Española, anulando a Luciano Rodríguez, el 9 uruguayo (autor de un triplete a Paraguay), fue clave. La nominal línea de tres se convertía en cinco, cuando bajaban los laterales-volantes: Joaquín Gutiérrez, a la derecha, y Lucas Cepeda, por la izquierda. Había que cerrarle los espacios a Uruguay, que demostró en su estreno dos partes muy diferentes: vertical en ataque y feble en defensa.
Ceder el protagonismo
Un segundo aspecto dice relación con que la Roja cedió el protagonismo ante la Celeste. Por ende, el balón pasó mayoritariamente por el rival. Los datos reafirman aquello. Ante Perú, la posesión de Chile fue del 62%, una tenencia que sirvió de poco porque no se logró abrir a un adversario rocoso y pragmático. Pero contra los uruguayos, Chile tuvo solo el 34% de posesión. En esta ocasión, Córdova apostó por ceder la iniciativa, para recuperar y salir rápido en búsqueda de los delanteros (Alexander Aravena y Damián Pizarro), con mayores probabilidades de ganarle la espalda a la zaga uruguaya. El cuadro nacional sumó un total de 197 pases, versus 363 de los celestes.
Lucas Cepeda, quien en Wanderers juega principalmente como extremo, pero el sábado jugó de lateral-volante, profundizó sobre cómo se trabajó este importante encuentro: “Sabíamos que nos iban a presionar y atacar, pero trabajamos estos días para que cuando recuperáramos la pelota, hiciéramos el contragolpe muy rápido, y siento que lo hicimos de muy buena manera”.
Oficio y velocidad
Un tercer aspecto a destacar, que va de la mano con los anteriores, es que Chile fue un equipo compacto y que fue al sacrificio. Cuando había que ponerse el overol, se usó sin complejos. Bloqueando los embates de Uruguay, ensanchando la cancha y quedando de frente al balón, sin caer en una propuesta excesivamente mezquina. Uruguay registró 19 tiros totales, pero solo cinco fueron al arco. Vicente Reyes también fue uno de los puntos a destacar.
Ese sacrificio también quedó evidenciado con los ingresos de Gonzalo Tapia y Clemente Montes. Ambos generaron el gol del triunfo y se pararon prácticamente como unos volantes externos, para apostar a su velocidad.
Saltarse la presión charrúa
Uruguay dio una exhibición de fútbol en los primeros minutos del partido ante Paraguay. El equipo de Marcelo Bielsa presionó sin piedad la salida de los guaraníes y aquella táctica le funcionó a la perfección: dos recuperaciones rápidas propiciaron las primeras dos conquistas de la Celeste, que a los 11′ ya ganaba 2-0.
Pues bien, el cuerpo técnico de Nicolás Córdova tomó apuntes al respecto y también una decisión: lo mejor era saltarse la presión del rival, aunque eso implicase dejar de lado la idea de la Roja. Había que ser pragmáticos, sostienen en la interna de Chile.
Y así fue, porque Chile se saltó el mediocampo y minimizó los riesgos en la salida, jugando muchas veces, derechamente, al pelotazo, aprovechando la pegada de Villagra y Reyes para buscar a Pizarro y aprovechar los espacios que dejaban el bloque posterior de los celestes. Esta estrategia se entrenó los dos días anteriores al partido, en La Bombonerita.
La calculadora de Chile Sub 23
Como esta apuesta resultó, es plausible prever que el DT repita la fórmula ante Argentina, pensando en las variantes ofensivas de la Albiceleste, tales como Thiago Almada, Pablo Solari y Luciano Gondou. Y en la banca está el Diablito Echeverri. El choque contra los de Javier Mascherano es igual de importante que el anterior, porque la tabla apremia.
Tras dos partidos, Chile suma tres puntos. Argentina está segunda con cuatro (lidera Paraguay con siete). Si la Roja llegara a perder este martes, quedaría eliminada directamente, porque no podría alcanzar a argentinos y paraguayos, con un partido por delante.
Al contrario, un triunfo significaría superar a la Albicelete en el grupo B y quedar en zona de clasificación a la fase final.
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