Cómo se gestó el retorno de Arturo Vidal a la Roja
El Rey está de vuelta en la Roja. Por la necesidad que abrieron las ausencias de Williams Alarcón y Erick Pulgar, Ricardo Gareca debe tragarse el orgullo y nomina a un jugador que le ha criticado públicamente. Eso sí, en las últimas semanas, el volante de Colo Colo había aflojado en la intensidad de los dardos.
Ya es lunes de madrugada y Colo Colo sigue festejando el título que consiguió angustiosamente en Copiapó. Los albos vuelven del norte y se reúnen con sus hinchas en un Monumental repleto. Luego, se juntan en una celebración privada. Es en ese contexto que Jorge Almirón lanza el anuncio. “Mañana va a tener que ir a la Selección”, dice el técnico argentino, al menos como concepto central de una frase algo inentendible. “Feliz, porque vamos a dar nivel a la Selección”, confirma un también eufórico Aníbal Mosa. “Con el respeto a todos los jugadores”, corrige, sobre la marcha el timonel de Blanco y Negro.
El aludido es Arturo Vidal, quien, sonriente, completa el cuadro, aunque en un momento, intenta salir de él. El mediocampista estaba informado de la decisión de Ricardo Gareca de considerarlo por primera vez en su proceso, para los cruciales encuentros ante Perú y Venezuela. Quizás por esa razón, fue el más cauteloso en una escena que reflejaba una felicidad que se añadía a la de fondo: los albos estaban en plena celebración de la 34ª corona nacional de su historia. En Macul afirman que fue una sorpresa para todos. Que se enteraron de la citación una vez que aterrizaron desde Copiapó y se trasladaban al multitudinario festejo en su reducto. En el círculo más íntimo del jugador también hubo algo de sorpresa.
Sondeos y dardos
Los sondeos habían comenzado hace varios días. De lo primero que quería cerciorarse Gareca, a través de varios intermediarios, era de la disposición que tendría Vidal para aceptar una convocatoria. La última vez que el volante vistió la camiseta nacional, el Tigre no era el entrenador. Fue el 12 de septiembre de 2023, ante Colombia, en un partido que terminó con consecuencias graves: Vidal sufrió la rotura del menisco externo de la rodilla derecha, lo que le obligó a salir en ambulancia del Monumental y, luego, pasar por el quirófano por una dolencia que ya había lamentado. En esos días, la banca de la Roja era ocupada por Eduardo Berizzo, quien contaba con el irrestricto respaldo del jugador. Desde esa jornada han pasado 426 días, que serán 430 hasta el encuentro en Lima. La Selección ha disputado 14 partidos. Vidal no estuvo en ninguno.
El Rey se había transformado en el crítico más acérrimo y público de su gestión en la Selección. Si en principio había reclamado por su ausencia, y la de varios históricos, entre los que incluyó a Gary Medel, Charles Aránguiz y hasta a Marcelo Díaz, después de la caída frente a Brasil ya no tuvo filtro alguno. “El problema es que el equipo anda mal. Y el entrenador tiene que mostrar un poco más en los partidos porque hay que pelear para poder clasificar al Mundial. Vamos a ver qué pasa con Colombia, ojalá que muestren algo mejor y el equipo se suelte. Que muestre una idea de juego”, disparó.
“Los que mandan van a tener que tomar alguna decisión porque todavía se puede hacer algo. Matemáticamente, Chile no está eliminado y hay jugadores que le pueden dar mucho y seguramente puedan pelear mejor la Eliminatoria”, añadió poniendo en entredicho la continuidad del Tigre. Más aún, Vidal llegó a darse fuera del ciclo. “En este proceso, no. Si hay otro proceso, seguramente estaré ahí y daré todo. Pelearemos por clasificar al Mundial. Si no se gana con Colombia, ojalá el presidente piense bien en lo que viene porque todavía Chile puede clasificar al Mundial”, sentenció.
Una piscina con agua y una conversación
En los acercamientos iniciales, en la Roja recibieron una señal tranquilizadora: Vidal estaba dispuesto a dejar las diferencias de lado y a no poner trabas para su regreso a la Roja. En el fondo, una actitud en sentido contrario habría significado una contradicción fundamental para un jugador que siempre reclamó su espacio. “Si vuelvo yo y algunos podemos pelear. Matemáticamente no estamos eliminados”, dijo en la transmisión que realizó de la caída ante Colombia, a través de su canal en Twitch. Ese día, en su particular estilo, reveló que había conversado con sus compañeros en la Selección respecto de las fortalezas de los cafetaleros. “Si les dije que las pelotas paradas, se los dije a estos cu..., lo dije que los centrales, a esos huevones no hay que dejarlos que se acerquen al área. Me duele el alma, me duele todo. Lo celebra el delincuente, si le pego en la cabeza. Qué suerte ese gol”, puntualizó.
En Pinto Durán y en Quilín siempre se han mantenido en contacto con Vidal. Las razones son obvias. De hecho, aunque no está clara la influencia que ejerció para esta convocatoria en particular, es un hecho que Pablo Milad, el presidente de la ANFP, suele mensajearse con el volante a través de WhatsApp. Este lunes, incluso, el timonel visitó la práctica vespertina para saludar al Rey. La relación entre ambos es mucho más cordial que la que ha sostenido, al menos públicamente, con Gareca y su gestión. “El profe (Ricardo Gareca) nunca ha manifestado algún tipo de reparo o rencor hacia Arturo(Vidal) o hacia otro jugador de la Generación Dorada. A mí me sorprende que no tenga ningún tipo de recelo, principalmente con Arturo, con quien he hablado. Él tiene la mejor disposición y eso es una de las cualidades que él tiene. Las puertas no están cerradas, tiene que evaluar su nivel. Lo veo mucho mejor que antes”, puntualizó Milad. “Yo creo que el profe va a considerar tenerlo en sus planificaciones, yo creo que está abierto a reclutar a los jugadores que sean necesarios”, anticipaba el dirigente.
Sin embargo, aún queda una materia pendiente, que se zanjará en las próximas horas: el cara a cara de Vidal y el entrenador en el que deberían limarse todas las asperezas. El trámite no es desconocido para Gareca, quien ya en su gestión en Perú tuvo que sentarse a dialogar con figuras díscolas como Jefferson Farfán, quien, con el tiempo, reconocería el cambio que produjo en su carrera. En el país incaico, al Tigre no le tembló la mano. Antes de la Copa América de 2016, por ejemplo, borró a Carlos Zambrano, Juan Vargas, Claudio Pizarro, Farfán y Luis Advíncula. Al lateral derecho y a la Foquita volvió a considerarlos en las Eliminatorias para Rusia 2018. Zambrano volvió después del Mundial. A Pizarro no lo llamó más. El delantero aún no se lo perdona.
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