Felipe González será el encargado de dirigir el Superclásico. La designación se conoció hace un par de días e inmediatamente lo transformó en el centro de las miradas, una realidad que será aún más notoria cuando salte al campo de juego del estadio Santa Laura. Ahí, definitivamente, todo el país estará pendiente de sus decisiones. En gran medida, el desarrollo del partido entre Universidad de Chile y Colo Colo, el más esperado del año, pasará por sus manos y, sobre todo, por los aciertos y errores que cometa en su conducción.
La cuenta regresiva para el juez, como para los jugadores está en curso. En su caso, eso sí, hay una salvedad: también fue designado por la Conmebol para el choque entre Fortaleza y América Mineiro, por los cuartos de final de la Copa Sudamericana, un encuentro igual de intenso que el que animarán azules y albos.
Preparación
En la línea de la importancia del duelo entre azules y albos, González cumplirá con algunos ritos especiales. Aunque la designación para el torneo continental le impedirá realizar una concentración para el compromiso, igualmente se reunirá con sus colaboradores en el campo de juego y en el VAR para salir juntos rumbo al recinto de Independencia, en un vehículo dispuesto por la ANFP y provisto de la respectiva custodia policial, que le permitirá un desplazamiento sin contratiempos y, sobre todo, le garantizará un ingreso seguro al reducto de Unión Española.
Antes, habrá recibido información específica de ambas escuadras, lo que incluye el análisis de situaciones de juego y de los futbolistas que tendrá a cargo. “Se realiza un enfoque táctico de los últimos partidos de cada equipo, como también de los jugadores que han venido siendo titulares”, explica Roberto Tobar, presidente de la Comisión de Árbitros y principal responsable en las convocatorias de los jueces. En su época de árbitro activo, el mismo Tobar admitió que solía cumplir esa tarea antes de los encuentros.
“Complementariamente, en conjunto con la comisión, se realiza el análisis de jugadas de la fecha anterior con el propósito de revisar aquellas fortalezas sobre desplazamientos, entendimientos y correctas decisiones, para que sean replicados por los árbitros en los próximos partidos y también se analiza en profundidad aquellas situaciones sobre decisiones incorrectas, con un enfoque constructivo buscando encontrar el origen de esa mala decisión, como punto de mejora para realizar algún trabajo específico que permita corregir las desviaciones en criterios, posicionamientos o líneas de intervención”, amplía.
Ese trabajo se suma a las rutinas que forman parte de las obligaciones habituales. “Los árbitros tienen una dinámica periódica sobre entrenamientos físicos, preparación audiovisual y entrenamientos técnico-tácticos; Para el plantel de primera división las jornadas de entrenamiento o preparación física en régimen son diarias, de lunes a viernes entre las 9 y las 11 horas”, detalla, por ejemplo, la máxima autoridad referil.
Apoyo sicológico
El trabajo del juez central está estrictamente ligado con el que realizan quienes le brindarán soporte durante el encuentro desde sus diversas funciones. “En paralelo, pero también complementando los roles que les corresponde asumir desde el terreno de juego como desde la cabina VAR, se realizan los entrenamientos virtuales desde el simulador VAR, buscando estandarizar la línea de intervención que se debe mantener de manera general para dar certeza sobre la correcta interpretación del juego en función del entendimiento que el árbitro central está desarrollando, obviamente, con apego a las reglas de juego y siempre en el bien entendido de que ese entendimiento está en concordancia con las directrices técnicas que la comisión de árbitros entrega a los planteles, en línea con las disposiciones de Conmebol y Fifa”, explica Tobar.
Hay más. Uno de de los aspectos que más ha reforzado Tobar durante su gestión es la interpretación adecuada de las situaciones del juego. González, como todos sus compañeros de plantilla, recibe instrucciones en ese sentido. “Todo lo teórico, audiovisual y virtual posteriormente se traslada a los entrenamientos prácticos, donde se realizan situaciones de juego real con participación de jugadores. En esta etapa, de aplicación práctica en esencia, se afinan aquellos detalles sobre ángulo, proximidad, desplazamientos y en general, todo lo que abarca el concepto de ‘entendimiento del juego’ en su máxima expresión, porque los árbitros son conscientes del rol que desempeñan y la importancia que sus decisiones tendrán en el desarrollo del juego”, añade el timonel referil.
Otro aspecto clave, sobre todo considerando la relevancia del duelo es la fortaleza sicológico. En ese plano, el trabajo que se desarrolla es personalizado. “Es un aspecto que no siempre es abordado, pero que tiene una preponderancia muy relevante. Se realizan, también, trabajos de seguimiento y apoyo desde la psicología deportiva, con talleres y sesiones específicas en función de las necesidades de cada árbitro”, sostiene Tobar. “Es un trabajo integral, muy profesional y siempre procurando entregar un resultado acorde a las expectativas que el mundo del fútbol espera del arbitraje, lo que por cierto es complicado, pero frente a lo cual desde el inicio de nuestras carreras se sabe que debemos ser capaces de gestionar aprendiendo a convivir con la crítica frente al error, y con el silencio luego del trabajo bien realizado”, concluye.