Javier Castrilli puso fin a su ciclo en la ANFP. Apenas seis meses y cuatro días duró el exárbitro FIFA como jefe de la comisión de los jueces chileno. Su plan de reordenar el fútbol nacional, luego del despido de Jorge Osorio, tuvo un abrupto final luego de los audios en los que Francisco Gilabert reconocía presiones en el duelo entre Copiapó y Huachipato.

Frente a las acusaciones de Gilabert, Pablo Milad, el presidente de la ANFP, se reunió con Castrilli para pedirle antecedentes. En la conversación, el curicano le pidió al argentino congelar sus funciones mientras durase su investigación. La medida no le cayó bien al transandino, quien aseguró que frente a esas condiciones no estaba dispuesto a continuar en el cargo. Su estadía en Quilín, junto a la de Osvaldo Talamilla y Braulio Arenas, sus más cercanos colaboradores, llegó a su fin.

La resolución, que se tomó cerca de las 18 horas, provocó una serie de movimientos de Castrilli. El exjuez FIFA, quien tenía contrato hasta el 31 de diciembre, no se movió de su oficina hasta que llegase su abogado. No quería cometer ningún error que le pasara la cuenta. Al momento de presentarse el abogado, el ya despedido funcionario de Quilín revisó su contrato y exigió saber cuánto dinero se le debía cancelar por el resto de contrato que restaba. Poco le importo que a esa hora, la oficina de recursos humanos ya no estuviese funcionando.

Luego de una serie de conversaciones, Castrilli se fue en paz. Defendió hasta último minuto a Osvaldo Talamilla, uno de sus colaboradores más cercano y cuestionado durante su paso por el fútbol chileno. Más allá de las críticas contra el exjuez chileno, Castrilli siempre lo destacó como un hombre intachable, con una idea de arbitraje que iba acorde a su plan de trabajo.

Hoy, durante el día, firmará su finiquito en una notaría en Santiago. Su paso por el país, más allá que finalizó de la peor manera, fue agradecido. De una manera muy cordial, le transmitió a Milad su agradecimiento por la confianza que habían puesto sobre su nombre. De paso, aclaró que estará disponible para la justicia en caso que se inicie una investigación por los líos que hoy sacuden al arbitraje. “Le agradezco a todos la posibilidad que me dieron. No me voy con rencor con nadie. Le agradezco a Pablo Milad, al directorio y los presidentes de los clubes, ellos son testigos de mis esfuerzos”, señaló el propio Castrilli.

Cerca de las 1 de la madrugada, el ya cesado funcionario de Quilín entregó su visión del conflicto: “Siento frustración, me trajeron para una tarea que venía desempeñando, pero la situación y la coyuntura los obliga a tomar esta decisión. Yo no renuncié, es verdad que se me dijo que se iba a suspender la comisión para una investigación, que yo inicié, que yo promoví, que yo cité a los testigos, que yo dije que había que llevar a la justicia para aclarar. Que seguí investigando desde el inicio de mi gestión”, expresó Castrilli.

“Siempre di la cara, atendí a todos los presidentes. Escuché los nombres, y cuando tuve que defender los árbitros, yo saqué la cara. Viví estos seis meses, 24/7 para todos. Vine a entregar todo, me voy con la consciencia tranquila. Y me voy a quedar, para llevar todo a la justicia, lo que quiero es la verdad”, complementó.

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