Y de repente, llegó una nueva fecha doble de Eliminatorias. Pasada la fiebre de los Juegos Panamericanos, asoman los últimos desafíos de la selección chilena en 2023. Parece un concepto repetitivo decir que cada partido es una “final”, en el afán de retornar a una Copa del Mundo. Sin embargo, aquello calza para el enfrentamiento de esta noche ante Paraguay (21.30 horas). Primero, porque se trata de un rival directo. Segundo, porque hay que asegurar los puntos en casa. Y tercero, porque está en juego la continuidad del entrenador.

Esta puede ser una prueba definitoria para Eduardo Berizzo. La fea derrota en Venezuela dejó malherido el proceso del Toto, justo antes de Santiago 2023, que significaba un riesgo para el entrenador. Si bien la medalla de plata obtenida en los Panamericanos es histórica, estaba todo dado para ganar la de oro. Y ahora, hay que rendir un examen que trae aparejada varias aristas. No sólo es volver a encaramarse en la pelea por un cupo mundialista. También hay que volver a reencantar a una escéptica hinchada nacional, esa misma que anhela ver al Equipo de Todos como en sus tiempos más luminosos y así recobrar una ilusión.

En su última alocución antes del choque contra la Albirroja, Berizzo no escondió su molestia ante cada consulta acerca de su continuidad. “Me indigno, pero no solo porque el resultado te interrumpa un proceso, sino por la liviandad en que todo el mundo puede hablar de su trabajo”, sostuvo.

Un aspecto que puede generar confianza de cara al choque contra los paraguayos es que los mejores pasajes de Chile en las Clasificatorias se han dado jugando de local. El primer tiempo contra Colombia fue favorable desde el juego para el combinado nacional, aunque no lo pudo reflejar en el marcador. Luego, ante una selección de Perú que vino a Santiago con una propuesta sorprendentemente timorata, la Roja lo ganó sobre el final pero siendo superior. Viendo el vaso medio lleno, Chile ha superado en las últimas tres ocasiones a Paraguay: venció 3-2 en un amistoso disputado en marzo y en los dos partidos de las Clasificatorias pasadas (2-0 en San Carlos de Apoquindo y 1-0 en el Defensores del Chaco).

Eso sí, los guaraníes son un rival de cuidado, aunque no atraviesen su mejor presente. Bajo el actual formato de Eliminatorias (desde el proceso a Francia 1998), la Albirroja ganó tres veces en siete visitas a Chile: 1-0 para Alemania 2006, 3-0 rumbo a Sudáfrica 2010 y 3-0 hacia Rusia 2018. Esta última presentación, bajo el mando de Juan Antonio Pizzi, terminó marcando para mal el proceso de la Selección, que no llegó a la Copa del Mundo en territorio euroasiático.

El equipo

En Juan Pinto Durán, Berizzo ha trabajado una apuesta más audaz. De mitad hacia atrás, la base se mantiene. La duda recae en el lateral derecho. Matías Catalán, quien se lesionó ante Perú, es la carta principal sin embargo sus problemas musculares abren un plan B. La alternativa al jugador de Talleres es Felipe Loyola, debutante contra Venezuela y titular en los Panamericanos, o Paulo Díaz. Con el regreso de Erick Pulgar, se repite la dupla de volantes centrales con Rodrigo Echeverría.

Damián Pizarro. FOTO: AGENCIAUNO

Las novedades recaen en la parte ofensiva. Alexis Sánchez fue el nominal centrodelantero en los juegos anteriores, sin embargo ahora se prevé que sea el armador de Chile, delante de la dupla del eje Pulgar-Echeverría y detrás del 9, para generar fútbol y así dotar de más opciones ofensivas a un equipo carente de “pólvora”. Sin Arturo Vidal y Diego Valdés (tampoco está habilitado Marcelino Núñez por suspensión), se abre una opción para Víctor Dávila, de buen presente en el CSKA de Moscú. Hacia la izquierda, Ben Brereton reafirma la posición que ha usado insistentemente en la Roja.

Una de las caras nuevas es Damián Pizarro, llamado a ser el centrodelantero del equipo. Luego de su correcta participación con la Sub 23, el hombre de Colo Colo tiene la gran chance de mostrarse en el seleccionado absoluto, cuando a la Roja le llora un hombre gol.

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