River Plate se hizo más fuerte que el Covid-19 y consiguió un triunfo inolvidable en la Copa Libertadores. Con el volante Enzo Pérez al arco y sin jugadores en el banco de suplentes, el cuadro millionario doblegó por 2-1 a Independiente de Santa Fe y trepó al liderato del Grupo D del torneo continental.
El equipo de Buenos Aires no la pasó nada de bien en la previa del encuentro. En los últimos días, un brote de casos positivos dejó con 20 futbolistas menos al entrenador Marcelo Gallardo para enfrentar a los cafeteros. Entre ellos, los cuatro arqueros que inscritos en el certamen y el chileno Paulo Díaz, quien fue uno de los que, el pasado fin de semana, no pudo estar en la derrota ante Boca Juniors.
Fue por esto, que la dirigencia del club le solicitó a la Conmebol que los juveniles Alan Díaz y Agustín Gómez pudiesen ingresar a la nómina de emergencia. Sin embargo, la petición fue negada y Pérez debió ser el guardián del pórtico. Y, pese a tener una distensión en el isquiotibial, cumplió de gran manera, junto a los únicos otros 10 pupilos que Gallardo tuvo a su disposición.
Una noche memorable
El volante logró sentirse cómodo bajo los tres postes, gracias al esfuerzo de sus compañeros. Los dueños de casa golpearon de entrada y, a los seis minutos de partido, ya se imponían por 2-0, con goles de Fabrizio Angileri y Julián Álvarez.
Aunque los cafeteros intentaron exigir constantemente a quien fue el arquero de River para este compromiso, este se mostró sólido en las intervenciones. Cada vez que le tocó entrar en juego, no se complicó y despejó correctamente. Incluso, cuando buscaron vencerlo de distancia, también respondió con voladas propias de un portero consolidado.
Nada pudo hacer, eso sí, para evitar el descuento de Kelvin Osorio. En los 73′, John Arias llegó hasta la línea de fondo y le dejó el gol servido al mediocampista, quien solo tuvo que empujarla para acortar la diferencia y ponerle una cuota de incertidumbre al encuentro. Pero Pérez siguió a alto nivel, y no volvieron a derrotarlo.
Silbato final y el volante llevó las manos al cielo. No era para menos. Le designaron una tarea inédita para él y estuvo a la altura. El triunfo fue para los millionarios, en una noche épica para el volante y un equipo diezmado por el coronavirus. Los tres puntos dejaron a River como líder exclusivo de su grupo y a un paso de octavos de final.