Alexis Sánchez salió con la cara larga del estadio Monumental, después del empate de la Selección ante Paraguay. Aún así, el Niño Maravilla fue uno de los que se detuvo para dar la cara y explicar un resultado que terminó teniendo conclusiones trágicas: minutos antes de que el delantero pasara por la zona mixta y atendiera a los periodistas, Eduardo Berizzo había renunciado a la banca de la Roja, abriendo un flanco que obligó a tomar medidas de emergencia, como la designación del interino Nicolás Córdova y de mediano plazo, como la búsqueda de un reemplazante definitivo.
En lo que pocos repararon fue en la expresión del tocopillano al ingresar al campo de juego para enfrentar a los guaraníes. En el partido alternó errores y aciertos. Berizzo lo ungió, ya formalmente, como el volante de enlace de la escuadra nacional, pero el delantero del Inter de Milán no consiguió marcar las diferencias que se esperan de él, en su condición de principal referente del equipo. Como consecuencia, entre tantas otras variables, Chile no pudo vencer a la Albirroja. Lo peor vino después: el técnico les anunció a los jugadores que no continuaría en el puesto. El mazazo aún retumba en las paredes del vestuario que ocupó la Roja en el Monumental.
La molestia
En ese espacio, tan privado como sagrado para los futbolistas, hubo una expresión de Sánchez que hasta el sábado resultaba desconocida: la del profundo desagrado. En su comparecencia ante los medios de comunicación, el tocopillano disparó contra todo, pero se detuvo especialmente en los reparos a las condiciones de trabajo del seleccionado. “La liga chilena no puede estar tanto tiempo detenida. Los jugadores dicen que que es un desastre. También tenemos problemas con los estadios, a nosotros nos gusta jugar en el Nacional. Usándolo fuimos a dos estadios. En Juan Pinto Durán me gustaría tener una cancha como corresponde, o una ducha. Hay tres duchas que no funcionan y hay que esperar para que se bañe el otro. Una selección no puede trabajar así”, puntualizó, en una introducción que ya resultaba lo suficientemente explosiva.
La intervención siguiente se transformó en un bombazo. “En el estadio Monumental yo estaba sentado, estirando y en el desagüe sale excremento de nosotros mismos de la ducha. ¿Es un equipo de tercera?”, detalló. La frase generó inmediato revuelo. Las redes sociales se colmaron de reacciones en torno al recinto de Colo Colo y varios medios a nivel mundial tomaron la queja, porque quien la emitía era, efectivamente, un jugador ampliamente conocido en el planeta. Ni la ANFP ni los albos reaccionaron, al menos oficialmente, al disparo.
Quien sí lo hizo fue el empresario y filántropo Leonardo Farkas, quien, a través de Twitter, ofreció $ 20 millones para refaccionar las instalaciones. Sánchez le contestó con un mensaje particular, diciéndole que la ANFP ya se había comprometido a solucionar los problemas y que mejor se comprometiera a financiar el estadio de la U.
Ese mismo día, durante la tarde, el jugador conversó por teléfono con Pablo Milad, el presidente de la ANFP. Ambos quedaron de revisar las instalaciones, pese a que en Quilín aseguran que el recinto fue remodelado hace poco y solo habían recibido halagos por las nuevas instalaciones. Incluso, Gary Medel, tras la renuncia de Berizzo, había asegurado que el Toto puso dinero de su bolsillo para mejoras la infraestructura. “Él reformó Juan Pinto Durán con plata de su bolsillo, no de los dirigentes”. Las declaraciones del Pitbull también fueron desmentidas por el timonel de la casa del fútbol.
Tampoco es primera vez que algún jugador de la Roja refleja incomodidad con el recinto albo. De hecho, en el ciclo anterior, varios declararon abiertamente que les acomodaba más jugar en San Carlos de Apoquindo, frente a la imposibilidad de ocupar el Estadio Nacional. El problema, ahora, es que la refacción a la que está siendo sometido impide utilizar el recinto de Universidad Católica.
Los jugadores se han quejado públicamente de la cancha del Monumental. El mismo Alexis aseguró que era un factor que incidía mucho en su rol dentro de la cancha. “Me gusta jugar más de frente al arco, pero es un rol que me toca ahora y tienen que aprovechar los de atrás. Sí me gusta jugar de 9, pero son diferentes dimensiones, allá (en Europa) las canchas son mucho más lindas y acá las no están muy buenas”, disparó tras vencer a Perú.
Otro factor que ha gatillado la molestia del plantel es el camarín que utilizan en Macul. Colo Colo pasa el camarín 2, y no el que utiliza el Cacique cada fin de semana. Además, los estacionamientos no son suficientes para los familiares del Equipo de Todos.
La tradición que se ensució
Hay una razón fundamental para entender por qué Alexis Sánchez entró mosqueado a la cancha y por qué la sensación le duró, al menos, hasta ayer: previo a los encuentros, el delantero formado en Cobreloa suele darse una ducha, como una forma de activarse y de llegar con la máxima atención posible al inicio del compromiso. Fue en ese trámite que, en lugar de recibir agua limpia, el ex jugador del Arsenal, el Barcelona y el Manchester United detectó la presencia de residuos orgánicos provenientes de las cañerías. “Echó a correr la ducha y le salió caca”, explican quienes fueron testigos del incómodo momento. “Alexis estaba muy molesto. Lo hizo saber en ese momento y se le vio desencajado”, dicen desde Juan Pinto Durán.
Es que el tocopillano es uno de los más exigentes al interior del plantel. Por lo mismo, en la Roja intentan no fallar en ningún detalle en la planificación de los partidos de la Roja. Casi 72 horas antes del encuentro, Felipe de Pablo, gerente de operaciones de la ANFP, revisó detalladamente las instalaciones del Monumental. Se enfocó principalmente en la cancha, uno de los grandes problemas durante las últimas fechas Eliminatorias. Nadie, sin embargo, echó a correr el agua de las duchas. “¿Quién iba a pensar que saldría excremento de las duchas? Nadie revisó eso”, explican desde Juan Pinto Durán.
Inmediatamente, de hecho, hubo que activar un plan de emergencia. La operación del estadio destinó personal para corregir la falla. Los trabajos se desarrollaron de inmediato. A Sánchez, en todo caso, no se le olvidó más. Y, en una situación de alta tensión como la salida de Berizzo, no perdió oportunidad de poner el caso en conocimiento público, generando la consabida crisis. El movimiento, como los que realiza en la cancha, sorprendió, pero lo tenía fríamente calculado.
La ANFP elevará un reclamo formal a Colo Colo, el dueño del recinto. La aprensión se sumará a la que ya habían manifestado antes por las condiciones en que había quedado la cancha previo al partido frente a Colombia, que se disputó después de un concierto de Bruno Mars, que se desarrolló bajo una intensa lluvia. Esa vez, el paso de un Yale que contribuiría a desmontar el escenario generó una catástrofe en el campo de juego. Aún así, en Quilín optan por la cautela, considerando que el Monumental es la única opción que tienen hasta que el Estadio Nacional vuelva a estar disponible. La posibilidad de llevar a la Roja hacia otras ciudades, como Viña del Mar o Concepción se ve más que compleja, por la capacidad de los estadios y, principalmente, por la imposibilidad de trasladar a quienes han adquirido abonos para ver, idealmente, el camino de la Roja hacia el Mundial que México, Estados Unidos y Canadá organizarán en 2026.
De lo que sí hay claridad es que las falencias, bochornosas como la que denunció Alexis Sánchez, no se condicen con el millonario monto que cuesta el arriendo del coliseo albo: US$ 200 mil. A esa cifra, que ya había quedado expuesta después del deficiente campo de juego que se vio, principalmente, en el choque ante Colombia, hay que sumarle las entradas que pide el Cacique. Mucho dinero como para encontrarse con fallas en aspectos tan elementales.