Esteban Paredes está de vuelta en el fútbol. El Tanque, de hecho, ya debutó con la camiseta de San Antonio Unido, el club del que también es propietario y del que conserva la mayoría del paquete accionario. El retorno suspende el retiro, que se había materializado el 25 de marzo, con un multitudinario evento en el estadio Monumental. Ese día, el delantero participó en dos encuentros: primero, en un choque de celebridades; después, en un compromiso formal entre Colo Colo y Colón.
El goleador histórico del fútbol chileno quiere ayudar a la escuadra de la gaviota a alcanzar el ascenso a Primera B. Ese objetivo es, de hecho, clave para el proyecto. Por ahora, el equipo que dirige Sebastián Núñez está tercero, con 23 puntos, detrás de Municipal Limache y Lautaro de Buin. Diez puntos le separan del líder, precisamente el rival con el que redebutó el artillero.
¿Cuánto gana?
Paredes tiene una dualidad llamativa en el SAU. Es uno de los dueños y también es empleado del club. En la última condición, debió suscribir un contrato de trabajo con la entidad que preside Guillermo Lee. Naturalmente, sus ingresos están muy lejos de las que percibía en sus momentos más estelares en Colo Colo o en el fútbol mexicano, donde forjó la mayor parte del patrimonio que, hoy, le permite holgura económica.
Con los lilas mantiene una relación formal, que se traduce en un pacto hasta fines de temporada, a cambio del sueldo mínimo, que actualmente es de 440 mil pesos, pero que en septiembre se elevará hasta 460 mil, como parte de una progresión que llevará el emolumento a los $ 500 mil, según lo establecido en el programa de gobierno del Presidente Gabriel Boric.
“A Esteban se le paga como a cualquier trabajador del club. El sueldo se le deposita en su cuenta y tiene que firmar la respectiva liquidación. De todo eso, queda respaldo en la ANFP”, sostiene Guillermo Lee, el presidente del club porteño, a El Deportivo.
Repartición
El monto parece anecdótico para un futbolista que llegó a ganar varios millones de pesos por mes. “Es para la bencina”, graficó el propio Paredes en una entrevista con Las Últimas Noticas.
Su caso recuerda el de otro futbolista emblemático. En diciembre de 2002, Iván Zamorano concretó su retorno al fútbol chileno y, también, un sueño. En esa oportunidad, Bam Bam firmó por seis meses en Colo Colo, el club que terminó marcando su retiro del fútbol. De ese episodio, marcado por la agresión al juez Carlos Chandía, de la que la semana pasada se cumplieron 20 años, quedó también una definición: que el ex goleador del Real Madrid iba a jugar gratis por el Cacique, que en esa época era administrado por un síndico de quiebras.
En rigor, Zamorano, tal como ahora Paredes, tuvo que suscribir un contrato de trabajo y recibió un pago en la condición de empleado del club albo. La cifra superaba ligeramente los $ 100 mil pesos, el salario mínimo de la época. “Cuando llego a Colo Colo está en quiebra, había un síndico y él me decía que existía ese problema. Yo le dije: ‘no voy a cobrar nada, voy a jugar gratis. Quiero cumplir mi sueño y el de mi padre’. En ese instante tuve la conferencia de prensa y a lo lejos vi a mi papá envuelto en una nube de alegría, porque sabía que estaba cumpliendo su sueño y el mío, pero si puedo decir algo es que en esos seis meses que jugué en Colo Colo sentí a mi papá más aferrado a mí, a pesar de que siempre lo sentía conmigo”, recordó Bam Bam hace un tiempo.
Paredes destina buena parte de los recursos que le reporta el paso por San Antonio a sus compañeros, pero también subalternos. “La plata la reparte. Les regala zapatos y lo que le llega a los jugadores. Compra buzos, primera capas. Va a los partidos de los juveniles. La presencia de Esteban en San Antonio es mucho más que el dinero que recibe”, sentencia Lee.