Universidad de Chile tuvo un inicio de ensueño en la Copa Libertadores. Los estudiantiles vencieron a Botafogo, el campeón defensor de la competencia continental, en el Estadio Nacional, y se plantaron frente a todo el continente como un equipo sólido y cohesionado que sería capaz de hacerles frente a los rivales más connotados de esta parte del mundo.

La sensación fue reforzada por otro resultado histórico: en La Plata, la escuadra de Gustavo Álvarez venció a Estudiantes, en otra demostración de solidez, contundencia y madurez. En un escenario complejo, ante un rival de jerarquía, los universitarios reafirmaban convicciones propias y ajenas. El 2-1 aumentaba las ilusiones.

Con los ahorros gastados: la U recibe a Carabobo en un duelo crucial para seguir en la Copa Libertadores

A la penúltima jornada del grupo A, la U llega en una situación más compleja. El empate frente a Carabobo y, principalmente, la inobjetable caída ante los pincharratas en el Estadio Nacional, cambiaron el escenario. No tan radicalmente, pues al duelo de esta noche ante los caribeños, en Ñuñoa, los universitarios llegan en el segundo puesto de la tabla. Es decir, en zona de clasificación a los octavos de final. El problema radica en que cualquier traspié los obligaría a sacar la calculadora de cara a la última jornada.

En la práctica, los laicos mirarán de reojo el choque entre Botafogo y Estudiantes, en Río. Una victoria de los transandinos los consolidaría en el primer puesto. Ahí, el mejor escenario posible para la U es el triunfo ante los venezolanos: junto a los argentinos, habrá abrochado la clasificación a la ronda siguiente. Si se imponen los brasileños, en cambio, la definición se estirará hasta la última jornada, en la que Estudiantes recibe a Carabobo. “Cuando uno protagoniza los torneos vive permanentemente jugando finales. Sin ir más lejos, el viernes en la charla previa del partido, dijimos que era una final porque necesitábamos clasificar primeros. Mañana nos jugamos gran parte de la clasificación”, dijo Gustavo Álvarez en la antesala.

Al margen de las preocupaciones matemáticas, al técnico y, en rigor, a los miles de hinchas de la U en todo el país, les inquietaba más una práctica: la presencia de Charles Aránguiz en el crucial choque ante Carabobo. El integrante de la Generación Dorada es una pieza clave para el funcionamiento del equipo azul.

El Príncipe evolucionaba de un desgarro en los músculos isquiotibiales de la pierna izquierda. El diagnóstico, en términos normales, resultaría devastador para las pretensiones de que actúe este martes. Sin embargo, Gustavo Álvarez confirmó su participación. “Se ha evolucionado muchísimo en la prevención y recuperación de las lesiones. Hoy es una recuperación más corta. Así son todos los tratamientos y doy una vez más mis felicitaciones al cuerpo médico de Universidad de Chile. Es muy positivo tener todo el plantel a disposición a excepción de Tito (Formiliano) que está con un cuadro gripal”, ratificó.

En la delantera, el estratega probó a Leandro Fernández en los ensayos del fin de semana.