“Yo hace tres años y tres meses que estoy acá. La dirigencia sabe lo que pienso, no hacen falta muchas reuniones para llegar a un acuerdo. Cuando pase esta final veré si esta reunión se hace antes de viajar o cuando esté en Argentina. No tengo ningún problema en escuchar lo que el club quiere hacer el año que viene para ver si soy el entrenador indicado”. Así, Gustavo Quinteros se refirió a su futuro en la víspera de la final de Copa Chile que esta tarde animarán Colo Colo y Magallanes en Iquique. Bajo la manga, el estratega tiene una oferta de Racing de Avellaneda. Incluso, los medios transandinos aseguran que ya hubo un acercamientro entre la dirigencia del equipo argentino y el propio DT. “Sé que hay interés, pero no voy a hablar nada de eso hasta después de jugar la final, que es el único foco que tengo. Después, por supuesto, hablaré con la gente de Colo Colo también”, dijo el DT antes de embarcarse al norte. Este miércoles, sin embargo, la prensa local asegura que Gustavo Costas, el extécnico de Bolivia y Palestino, reemplazará a Fernando Gago.

Tal como señaló El Deportivo la semana pasada, las opciones del entrenador del Cacique de continuar en el club cada vez son más complejas, independientemente de lo que suceda en el Tierra de Campeones. Sin ir más lejos, ayer se convocó a una reunión extraordinaria de directorio para tratar la suerte del entrenador. La cita quedó fijada para las 09.00 en la Casa Alba.

El santafesino solamente tiene los tres votos del bloque de Aníbal Mosa, que fue el presidente que lo recibió en el club en 2020. No cuenta con el respaldo de los cuatro directores del oficialismo ni tampoco con el de los dos del Club Social, por lo que, salvo una situación muy extraordinaria, los albos quedarán sin entrenador pasado mañana.

Además de no haber ganado el Torneo Nacional y no clasificar a la fase de grupos de la próxima Copa Libertadores, entre los principales motivos que le cuestionan los integrantes de la mesa que están por su salida, aparece la poca autocrítica en ciertas situaciones futbolísticas, en las que varias veces culpó a la dirigencia, el fracaso de la mayoría de los refuerzos que pidió, los que en algunos casos, significaron un alto desembolso (Fabián Castillo, Darío Lezcano, por ejemplo).

La tristeza alba en la caída ante Unión Española. Foto: AGENCIAUNO.

Tampoco gustó mucho el manejo en el caso de Jordhy Thompson y algunas de las líneas que comenzó a trazar para la próxima temporada como la salida de Emiliano Amor (que obviamente el DT negó en público, pero que varios directores de distintos sectores de la concesionaria reconocen que sí ocurrió) e, incluso, la idea de prescindir de Maximiliano Falcón ante cualquier oferta que llegue.

Precisamente, Peluca se mostró indignado tras una insólita polémica y no dudó en disparar para todos lados. El uruguayo se molestó por quedarse fuera del viaje a Iquique, más allá de que estaba inhabilitado para jugar. “Viajaron algunos que no jugarán, pero justo Castillo que no seguirá, Darío que ha tenido polémicas, yo que he estado suspendido, Oroz que está lesionado... Uno como jugador piensa y se pregunta de dónde viene la mano. No soy más importante que nadie, pero que hagan bien las cosas. Algunos viajaron y otros sí, quién decide eso...”, lanzó un indignado. Y agregó: “Yo no me quiero ir, por mi decisión sigo, pero pasan estas cosas y uno piensa”.

Eso sí, en Blanco y Negro aclaran que el tema se debió a un problema logístico y no a otras intenciones.

Un ciclo exitoso

Gustavo Quinteros arribó a Colo Colo en el peor momento de su historia, casi desahuciado con el descenso. De hecho, en varios tramos los albos aparecieron como colistas absolutos, y solo lograron salvarse en un inédito partido de definición frente a Universidad de Concepción.

De ahí en adelante y de la mano de una poda generalizada en el plantel y un cambio en el bloque que lideró la concesionaria, el Cacique recuperó la senda de los buenos resultados. El título de la Copa Chile, una Supercopa y el título del Torneo Nacional del año pasado pusieron al cuadro popular de nuevo a la vanguardia. De hecho, en los 18 clásicos que disputó en sus más de tres años en Macul apenas perdió uno. “Hemos devuelto a este gran club al lugar donde siempre tuvo que estar, en los primeros lugares, jugando copas, siendo campeón”, recordó la noche del martes en Iquique.

Sin embargo, la mayor deuda del extécnico de Bolivia y Ecuador está en la arena internacional, pues tanto el año pasado como este quedó fuera de la opción de clasificar a los octavos de final de la Copa Libertadores, en grupos abordables y teniendo la posibilidad de definir como local.

Aun así, el DT también maneja ofertas, como la de Racing de Argentina, de la que no renegó al ser consultado. “Esto es algo normal en el fútbol. A mí me pasa siempre. Gracias a Dios cuando se termina mi contrato, siempre hay opciones. Eso me motiva mucho como entrenador, que haya intereses de otros clubes”, expresó. Asimismo, no pierde la ilusión de ser llamado a ocupar la banca de la selección chilena, uno de sus grandes anhelos.

De cualquier forma, Gustavo Quinteros empieza a separar su camino de Colo Colo.

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