Pitazo final en el estadio Julio César Villagra de Córdoba, conocido popularmente como el Gigante de Alberdi. Belgrano, que tuvo a Matías Marín en el banco, le ganó por 2-0 a Boca Juniors, profundizando la crisis del xeneize. Pocos minutos después se confirmó una noticia que ya era un secreto a voces: la salida del técnico Diego Martínez. En rigor, su renuncia.
“No haré el tradicional intercambio. Vengo a informarles que presenté la renuncia. Hablé con la gente del Consejo, después con el presidente y con los futbolistas. No vamos a continuar”, comenzó señalando el estratega.
Sumado a estas palabras, el exadiestrador de Tigre y Huracán se mostró agradecido por su etapa en el club que lo acogió desde enero del presente año. “Agradecido a la institución al presidente por confiar en mí para llevar adelante una idea. Somos todos muy responsables, lo más sano para y lo mejor es que dejemos el cargo. Tratar de que de esa manera los muchachos puedan salir de este difícil momento. Lo más importante y lo que queríamos era que Boca juegue bien al fútbol y que gane todos los fines de semana. Por momento lo logramos, en otros no lo pudimos hacer. Por eso daremos un paso a la gente”, concluyó.
Y si bien la salida de Martínez se terminó por confirmar luego de la derrota ante Belgrano, la decisión ya se venía fraguando. Su pésimo presente en la liga, además de la eliminación de Copa Sudamericana a manos de Cruzeiro, se sumó a la caída con River Plate.
El cuadro millonario se impuso en La Bombonera con un equipo alternativo, plagado de suplentes producto de la cercanía con el duelo de vuelta ante Colo Colo, por los cuartos de final de la Copa Libertadores. Los pupilos de Marcelo Gallardo terminaron imponiéndose en las dos instancias.
El resultado sepultó a Martínez. Sin embargo, como se suele decir en Boca: “una derrota con River no puede significar el despedido ni la renuncia de un entrenador”. El propósito es no darle tanta importancia al rival, pues un golpe de esa magnitud es significativo. Sin embargo, era una crónica de una muerte anunciada. El DT quedó en la cornisa y terminó por despedirse tras caer el pasado sábado.
En total, dirigió 45 encuentros, en los que obtuvo 20 triunfos, 15 empates y 10 derrotas. Es decir, tuvo un 55,5 por ciento de rendimiento, lo que refleja la exigencia dentro de uno de los equipos más importantes del continente. En ese tiempo su equipo anotó 62 dianas, pero le hicieron 40 goles.
Las dudas sobre Riquelme
Ya hay reemplazante. Mariano Herrón, nuevamente, asumirá como el técnico de Boca Juniors. El actual entrenador de la Reserva vivirá su tercer interinato en la banca xeneize. El primero fue luego del despido de Sebastián Battaglia. El otro, cuando el Consejo de Fútbol sacó a Hugo Ibarra.
Es la mano derecha de Román. Fueron compañeros en Argentinos Juniors, en su última etapa como futbolista. Es un hombre de absoluta confianza del ‘10′. Tiene un asiento en su mesa chica. Y una vez más, en un complejo momento, él asumirá responsabilidades, en lo que ha parecido una especie de modus operandi. Él será quien dirija los trabajos en Boca Predio hasta nuevo aviso.
Las reiteradas apariciones de Herrón solo se explican por los malos resultados. Boca Juniors vive una crisis de la mano de su máximo ídolo, que está empañando su imagen como jugador por su etapa como dirigente.
Su gestión está marcada por algunos títulos locales y por la final de la Libertadores 2023 (además de la semifinal de 2020). No obstante, la inestabilidad se ha transformado en la tónica. Hace poco más de nueve meses asumió como presidente tras vencer a Andrés Ibarra, candidato de Mauricio Macri, con un 65 por ciento de los votos de los más de 40 mil socios que llegaron a votar a las instalaciones de La Bombonera. Antes, eso sí, fue vicepresidente. En solo cuatro años en los que Riquelme ha sido dirigente, son seis los entrenadores que han pasado por el cuadro xeneize.
Miguel Ángel Russo (60 partidos), Sebastián Battaglia (55 partidos), Hugo Ibarra (36 partidos), Jorge Almirón (43 partidos) y Diego Martínez (44 partidos), además de los interinatos de Mariano Herrón (siete partidos).
“Yo creo que hay que tomar las cosas con calma. Estamos dolidos y tristes porque queremos que el equipo compita. Lo más importante, para mí, es mandarle a los hinchas un abrazo grande y pedirles disculpas porque el equipo no está compitiendo como lo tenemos que hacer y tenemos que mirar para adelante. Todavía quedan muchos partidos”, señaló Román tras la derrota ante Belgrano.
Medel, dentro de los apuntados
En Boca, ahora, nadie es intocable. Ni siquiera su máximo ídolo, que aún tiene dos años de gestión por delante. Los jugadores tampoco se salvan. Referentes como Edinson Cavani, Marcos Rojo o Sergio Romero también son apuntados. Este último, de hecho, es uno de los más cuestionados.
Para la siempre compleja y exigente hinchada de la ‘12′, pasó de ser un héroe que los llevó a la final de la Copa Libertadores pasada, a uno de los máximos responsables. Un ejemplo claro de esto ocurrió tras la derrota con River, momento en el que se enfrascó en una violenta discusión con un hincha y que incluso pudo escalar a los golpes.
Martínez nunca encontró su equipo. En los 45 encuentros disputados, utilizó más de 40 alineaciones diferentes. Del lado de Martínez, según informaron medios argentinos, aseguraron que nunca estuvo conforme con la conformación del plantel.
Para los hinchas, los refuerzos tampoco fueron los adecuados. Ninguno se consolidó como titular indiscutido, además de que una serie de errores de la dirigencia, como el envío tardío de un mail para la habilitación de los jugadores en Sudamericana, desataron las críticas para la gestión de Román.
Una de esas incorporaciones fue la de Gary Medel. Su desempeño no ha sido el mejor, lo que ha desatado las críticas de la parcialidad de Boca Juniors. Por ahora, se encuentra fuera de actividad por una lesión. Sufrió un desgarro en los músculos isquiotibiales de la pierna izquierda.
Después de dejar Vasco da Gama y hacer su ansiado retorno, el Pitbull fue recibido como figura. Su fichaje fue gestionado directamente por Riquelme, con quien mantiene una cercana relación. Sin embargo, ha estado lejos de su mejor nivel. El chileno solo ha podido disputar 520 minutos en siete partidos por la Liga Profesional. En seis de ellos fue titular. Agrega 112 minutos en dos encuentros de la Copa Sudamericana.
Ahora, tendrá una compleja tarea para ganarse la confianza de Herrón, el interino, o del próximo entrenador que llegue a Boca Predio. Todo esto bajo la mirada de una exigente afición que ya lo mira con atención.