Las bolsas donde guardaban las bicicletas eran en realidad una farmacia ambulante. Antonio Cabrera y Felipe Peñaloza, la pareja esperanza del ciclismo chileno en estos Juegos Panamericanos, acababan de aterrizar en Medellín, ya habían recogido su equipaje y se disponían a cruzar el control aduanero cuando la policía les retuvo para una revisión rutinaria. Y fue ahí cuando, además de altas dosis de clonazepam (estupefacientes), en pastillas y en jarabe, vitaminas y unas ampollas con un líquido indeterminado sin regulación, se le encontró Androgel, es decir, testosterona en la maleta, una sustancia expresamente prohibida por el reglamento antidopaje.
Era 24 de junio, y el equipo ciclista nacional entraba en Colombia para competir en Cali, como preparación a Lima 2019. No fueron detenidos ninguno de los deportistas ni requisados los sobres de testosterona, pero sí los estupefacientes (no están prohibidos por antidopaje, pero su consumo solo está permitido con receta médica). Óscar Ochoa, redactó paralelamente un informe que envió a la Federación Colombiana de Ciclismo, "con base a los acontecimientos que se han venido aseverando sobre los extraños medicamentos que los deportistas ingieren para su rendimiento".
En el escrito (ver documento adjunto) cuenta el registro, solo especifica que se encontró el clonazepam en altas dosis, todas las cuales fueron incautadas "ya que no presentaron ninguna clase de dictamen médico o formulación que sugiera la necesidad de consumir los medicamentos relacionados anteriormente".
Ochoa, aunque no lo redactó en el informe, asegura que vio la testosterona (ver foto principal), pero que no la requisó porque policialmente no está prohibida su posesión.
Ni Cabrera ni Peñaloza quisieron referirse al incidente cuando este diario se lo solicitó. Sí lo hizo Germain Pérez, el presidente de la desafiliada federación chilena de ciclismo: "Es algo que habíamos escuchado por rumores, pero nunca nos llegó nada formal". El vicepresidente de la Federación colombiana, Jorge Vargas, reconoció la recepción del informe, pero se negó a entregar detalles.
La tenencia de testosterona, así como todas las sustancias prohibidas por la WADA, es sancionada con las mismas penas que un positivo por dopaje. Ante la evidencia, deberán decidir qué hacer con los ciclistas. Lo mismo que el comité antidopaje chileno.
La pedalera chilena Constanza Paredes dio positivo por EPO hace un mes y días después Andrés Silva hizo lo propio precisamente por testosterona. Ambos fueron bajados del ciclismo y su federación desafiliada. "Hemos averiguado y por dopaje no hay nada de lo que preocuparnos", declaraba Miguel Ángel Mugica, el presidente del COCh, el pasado lunes.Pero el ciclismo siempre tiene la última palabra.