El nombre de Rimoun Hanouch comenzará a hacerse más familiar en el fútbol chileno. El empresario de Emiratos Árabes encabeza la propuesta que se quedó con la concesión de Universidad de Concepción, cuya rama de fútbol pasa a ser una sociedad anónima deportiva, por 25 años. De manera inédita en el balompié local, un grupo económico de Medio Oriente se vincula en la propiedad de un club nacional. Esto no sólo despertó las expectativas por saber más acerca de Hanouch y sus planes, sino que también disparó el escepticismo que genera la operación.
La Región del Biobío ha marcado la mezcla entre fútbol y finanzas en los últimos días, porque Huachipato está en venta. A poco de haberse consagrado campeón por tercera vez en su historia, y con la Copa Libertadores en el horizonte, la directiva acerera (encabezada por Victoriano Cerda) dio a conocer el cierre de su ciclo y su apertura al ingreso de nuevos controladores. Por consiguiente, la opción de capitales desde fuera. En el universo del balompié local, la experiencia de extranjeros al mando de los equipos no es desconocida y ha entregado resultados variopintos.
Tomando como referencia la información oficial emanada desde la ANFP, respecto a la propiedad de los clubes, hay cinco elencos de Primera División y dos del Ascenso que tienen representantes extranjeros dentro de sus controladores.
Uno de ellos es Audax Italiano, donde el 98,7% de las acciones le corresponden al argentino Gonzalo Cilley (a través de Inversiones Resonat Spa), quien asumió la presidencia en 2022. El empresario llegó con ambiciones altas. “Nuestro objetivo es ser el cuarto grande de Chile”, afirmó en entrevista con El Deportivo, el año pasado. Lo concreto es que, en el Torneo Nacional, la tienda itálica ha tenido participaciones más bien discretas: 7° en 2022 y 13° en 2023. Además, este año pasaron cuatro técnicos (Francisco Arrué fue el último). La apuesta en Manuel Fernández, arrancando el año, fracasó. Jugó la Sudamericana 2023 y se fue en playoffs de octavos, eliminado por Ñublense.
En 2016, los mexicanos del Grupo Pachuca entraron a Everton, adquiriendo el 80% de las acciones del club. Actualmente, los controladores aztecas poseen el 97,8% del paquete accionario. Al igual que sucedió con Audax recientemente, cuando desembarcó la dirigencia de Pedro Cedillo manifestaron planes en grande para los ruleteros. Van nueve torneos de Primera División para los viñamarinos en la era Pachuca y el mejor resultado fue un cuarto lugar en el Transición 2017, con Pablo ‘Vitamina’ Sánchez en la banca. Un punto a favor es que Everton ha retornado con más frecuencia a participación en torneos internacionales. En 2024 jugarán la Sudamericana.
Ñublense tuvo un cambio importante en su organigrama con la llegada de Sergio Gioino a la testera de los chillanejos. El exdelantero debió dejar el rubro de la representación de jugadores para tomar las riendas de los Diablos Rojos (la Sociedad SGI Spa tiene el 69,5% de las acciones), siendo presidente desde 2022. Si bien el año pasado fue histórico para el equipo, siendo subcampeón y clasificando a la Copa Libertadores, todo fue distinto para 2023. La gestión de Gioino ha recibido críticas por los resultados a nivel local (12°), ceder la localía en la Libertadores, quedar eliminado de la Copa Chile por un error administrativo y la salida de Jaime García, ídolo de la ciudad.
Si de argentinos se trata, es conocida (y bulliciosa) la situación de Unión La Calera. El 85,8% del club le pertenece a Ricardo y Sebastián Pini, y el polémico empresario Christian Bragarnik (a través de Andes Inversiones Deportivas S.A.). Del corral de Bragarnik han llegado a los cementeros jugadores de peso como Gabriel Arias, Brian Fernández y Gonzalo Castellani y el equipo entró a la arena internacional. En 2020 fueron subcampeones con Juan Pablo Vojvoda. Eso sí, una crítica generalizada es el escaso producto de las inferiores, que obliga a que los Sub 21 que usan por norma sean de otros clubes. No hay que olvidar un detalle que generó el rechazo de la fanaticada calerana: el cambio de insignia.
Un camino más extenso, pero no menos pedregoso, ha recorrido Unión Española desde que en 2008 la SADP fuera adquirida por el español Jorge Segovia, a través de la Universidad SEK, como una suerte de salvavidas para la institución, que tenía una situación económica y administrativa al borde del colapso. Los datos más frescos indican que tiene a su haber el 99,99% de las acciones del club hispano. En la cancha, Unión suma un título de Primera en este periodo: fue el Transición 2013, de la mano de José Luis Sierra (también obtuvo la Supercopa 2013). Además cuenta con tres subcampeonatos: Apertura 2009, Clausura 2012 y Transición 2017.
En la B están los casos de San Luis de Quillota, donde la participación mayoritaria la tiene un italiano (Carlo Rovegno) y dos argentinos vinculados anteriormente a La Calera, y Unión San Felipe, encabezados por el transandino Raúl Delgado.