Minuto 89 del duelo entre Bucaramanga y Fortaleza. Luciano Pons tomó el balón y se colocó en el punto penal para ejecutar, decidido a marcar el empate en el Américo José Montanini, en un duelo en el que caían por la cuenta mínima, por la tercera fecha de la fase de grupos de la Copa Libertadores. El argentino tomó aire, corrió y tiró. Su remate dio en el travesaño y picó cerca de la línea. La gente y los jugadores colombianos se tomaban la cabeza, mientras la pelota salió hacia otro sector del terreno. Segundos después, el juez detuvo las acciones y apuntó hacia el centro del campo, cobrando gol; el balón había entrado. El público tardó un momento en darse cuenta que les habían validado el tanto de la igualdad 1-1, pero cuando se percataron, desataron una fiesta en tierras cafetaleras. El humilde club que apenas registraba una participación en la Libertadores ahora es líder del Grupo E.

Muchos kilómetros al sur, en Chile, más de algún hincha de Colo Colo gritó el gol de Pons, quien, curiosamente, pertenece aún a los registros de Universidad de Chile y que está a préstamo en Bucaramanga. El triunfo de Fortaleza podría haber dejado al equipo brasileño hasta con seis puntos, considerando que es muy probable que le entreguen las tres unidades del encuentro cancelado en el Monumental, luego de los graves hechos que terminaron con dos jóvenes hinchas del Cacique, Mylan (12) y Martina (18), muertos.

Ahora, los colombianos están con cinco puntos, Racing con cuatro, los albos con dos y Fortaleza con uno, que podrían ser cuatro. Con este panorama, nadie se aleja en el Grupo E y Colo Colo mantiene su ilusión copera gracias a un desechado por la U.

Pons, histórico

Los días de Luciano Pons ahora son muchos más felices que los que tuvo en el CDA. En una ciudad de poco más de 600 mil habitantes, el artillero de 35 años se volvió a encontrar con los goles y con el cariño de los hinchas.

La estadística es contundente: acumula goles en los últimos cinco partidos. Pero el de anoche es especial, no sólo por el importante empate ante una escuadra brasileña en la Libertadores, ni tampoco por darle una mano a un atribulado club chileno, sino que porque marcó su tercer tanto en esta edición de la copa.

La cifra no es menor, puesto que alcanzó al máximo goleador del equipo en la Libertadores, Gustavo el Misil Restrepo, un nombre popular en el fútbol colombiano de hace algunas décadas.

El mediocampista, que debe ese apodo a la fuerza de sus remates, se matriculó también con tres festejos en la única participación que tenía el club en el máximo torneo de América, en 1998.