Con una invitación al Arsenal a tomar té en Buckingham: el estrecho vínculo de la Reina Isabel II con el mundo del deporte

Reina Isabel II
Thierry Henry y el resto del plantel de Arsenal en 2007 comparten con la Reina Isabel II en Buckingham.

La monarca simpatizó con West Ham, pero después se hizo hincha de los Gunners. Asistió al primer gran premio de Fórmula 1 en los 50, además de ser patrona Rugby Football Union de Inglaterra y del All England Club, organizador de Wimbledon. Claro que su gran pasión fueron los deportes ecuestres.



El deceso de la Reina Isabel II dejó un profundo vacío en los británicos. La monarca no solo gozaba de una gran simpatía de parte de sus súbditos, sino que también fue activa partícipe de las actividades que más apasionan los isleños: los deportes.

Y entre las disciplinas que más estuvieron cerca de su reinado no podía estar ajeno el fútbol. Su primer acercamiento protocolar al deporte del balón fue en 1953, cuando entregó el trofeo de la Copa FA al Blackpool, que ganó la final a Bolton Wanderers.

“El fútbol es un negocio difícil, y los futbolistas son prima donnas (estrellas). Pero es un juego maravilloso”, dijo alguna vez la monarca, frase que evidencia su conocimiento e interés hacia ese deporte.

Desde ese entonces, su presencia en Wembley se hizo más frecuente. Incluso, en el momento más importante del balompié inglés, cuando la selección ganó su único Mundial, en 1966.

Bobby Moore, capitán de los Tres Leones, recibió el trofeo de manos de la mismísima Reina Isabel II. Un momento que el legendario jugador recordó siempre con gracia. “Me miré las manos... ¡Y estaban sucias!”, llegó a comentar Moore, quien se limpió a toda prisa para no manchar los impolutos guantes blancos de la monarca.

Entre West Ham y Arsenal

En realidad, la monarca nunca manifestó expresamente su gusto por uno u otro equipo de fútbol, para tratar de mantenerse neutral al juego. Sin embargo, algún miembro de su staff confidenció en los años 60 su particular simpatía por West Ham United, tras comentar con ella un partido de la llamada Academia del Fútbol.

Sin embargo, el rasgo que más la retrata fue la invitación que hizo al plantel de Arsenal para tomar té en el Palacio de Buckingham, el único club de fútbol que tuvo ese privilegio.

Fue en 2007, después de ganar la Copa FA, cuando el técnico francés Arsene Wenger y todas las estrellas de los Gunners pasaron todos los protocolos y llegaron hasta la residencia de la monarca.

Una conversación distendida con todos los futbolistas. Incluso, el español Cesc Fábregas, figura del cuadro londinense en ese entonces, comentó que “la Reina es una gran admiradora del Arsenal”. Una admiración que surgió cuando el equipo fue campeón invicto de la temporada 2003-’04, los llamados “Invencibles”.

Siempre cerca de la actividad

Pero el fútbol no fue el único deporte que llenó la agenda de la monarca. En 1950 fue espectadora de lujo en la realización del primer gran premio de Fórmula 1. El mismo que se realizó en el aeropuerto de Silverstone, Reino Unido, el cual habilitó como circuito automovolístico y al que asistieron más de 200.000 personas.

Además, fue patrona de la Rugby Football Union, y la Welsh Rugby Union, entidades que regulan este deporte en Inglaterra y Gales, respectivamente. También es patrona del All England Lawn Tennis and Croquet Club, anfitrión del torneo de tenis Wimbledon.

Sin embargo, su actividad predilecta siempre fueron los deportes ecuestres. Isabel II adquirió caballos pura sangre con los que incluso llegó a ganar la Copa de Oro en la Royal Ascot. Así también los clásicos británicos, como el Derby de Epson, la Oaks o la St. Leger.

El Deportivo

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