Pedro Devaud fue la figura local en el estreno en Chile de la Fórmule E, en febrero de este año. El piloto puconino fue el único nacional que pudo subirse a uno de los monoplazas eléctricos y dar vueltas por el circuito callejero, en una exhibición.
El honor no fue regalado, sino merecido. En una alicaída actividad tuerca de pista en Chile, Devaud tenía en casa un trofeo recién conseguido: unas semanas antes se había coronado campeón de la Fórmula 4 Nueva Generación, en Argentina.
Era el único chileno entre 55 competidores y dio ventajas, como por ejemplo, no conocer los dos primeros circuitos del campeonato.
Su historia había comenzado mucho antes, cuando aprendió a manejar en un Fiat 600 que llevaron al taller mecánico de su padre. Tenía solo ocho años. A los 12 años comenzó a correr en circuitos. El paso a la Fórmula 3 fue el natural, gracias a que recibió de regalo uno de esos autos.
Comenzó a recibir el apoyo de un restorán de su ciudad, que le permitió en 2017 ir al otro lado de los Andes y entrar al Nacional de Rally, pruebas que compatibilizó ese año.
De los autos eléctricos sabía poco hasta ese minuto. "Me puse al lado, mirándolo, tratando de conocerlo. Lo había visto el día anterior, pero no tenía ninguna información sobre él", contaba.
Sin embargo, tras esa experiencia debió dejar el asfalto: por falta de apoyo no pudo volver a Argentina y este año solo compite en la tierra del Rally Nacional, donde destacó ganando dos fechas en la categoría R2 Lite.