Grecia está de fiesta. Por primera en la historia un equipo de ese país pudo levantar un trofeo continental. Lo hizo Olympiacos del Pireo, cuadro que derrotó 1-0 a Fiorentina en Atenas, en la final de la Conference League.

Los avatares de la competición terminaron con el equipo heleno jugando la final en la capital de su país. Un partido de mucha fricción, donde la efervescencia del público intentó empujar constantemente al local.

Pero el cuadro italiano tenía una cuenta pendiente en este mismo torneo, sobre todo, después de perder la final del año pasado ante West Ham United inglés.

Una motivación extra para el elenco toscano que fue superior al local, al menos en el primer tiempo. Antes del primer tiempo, ya había generado una clara y sufrió la anulación de un gol por posición de adelanto de Nikola Milenkovic.

A esa altura, el meta griego Konstantinos Tzolakis comenzaba a ser figura tras salvar en dos claras opciones. Primero contra Giacomo Bonaventura y, luego, a Rolando Mandragora.

El cuadro del Pireo intentó reaccionar. A los 24 minutos estuvo muy cerca de abrir la cuenta, cuando el meta Pietro Terracciano sacó de la misma línea el cabezazo del extremo portugués Daniel Podence.

Cerca del final, la Squadra Viola volvió a avisar. Esta vez Tzolakis sacó el cabezazo del marfileño Christian Kouamé, antes de que el argentino Nicolás González fallara en la volea.

En el segundo tiempo, el partido decayó un poco en intensidad, pero el equipo italiano siempre estuvo más próximo al gol. Un cabezazo de Milenkovic (66′) y un feble tiro de Kouamé (69′) fueron las más claras.

Renace Grecia

Olympiacos apretó en el final y casi logró la hazaña. El exsevillano Vicente Iborra y un pase de Horta al que no llegó el marroquí Ayoub el Kaabi fueron las opciones más profundas.

El cero a cero de los 90 minutos obligó a una prórroga el estadio Agia Sofía de la capital greca. El impulso del local se extendió hasta la prórroga, tiempo en que el montenegrino Stevan Jovetic estuvo al filo de derrotar a Terracciano, quien estuvo notable para enviar al córner, a los 96 minutos.

Un ímpetu que se mantuvo en el segundo tiempo suplementario. A los 116 minutos, El Kaabi -máximo goleador de la competición- encontró el camino al gol para desatar el delirio en Atenas.

Una conquista que no tuvo reacción de los toscanos que vieron la segunda derrota consecutiva en una final de este torneo y permitió la primera corona de los helenos a nivel de clubes, ya que su selección venció en la Eurocopa 2004.

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