Conoce a Sebastián Moreno, el nuevo presidente de la ANFP

Cuando se decretó el final del Cobresal-Barnechea, 26 de abril de 2015, Sebastián Moreno González (hoy 46) fue incapaz de contener el llanto. Acababa de bajar al suelo del campamento minero de El Salvador la primera estrella de su historia. El colofón a un mandato comenzado en 2012 y que concluyó ocho meses después.

Rancagüino de nacimiento e hincha, en sus inicios, de O'Higgins, Moreno estudió Derecho en la Gabriela Mistral y completó dos diplomados orientados al desarrollo de proyectos de minería y medio ambiente en la Central. En 2008 comenzó como abogado en la División El Salvador de Codelco, poco antes de ingresar al directorio de Cobresal y escalar hasta su testera tras la salida de la presidencia de Rodrigo Vargas. Allí, fue donde el jurista forjó su camino, entre partidos de ráquetbol y lecturas de Ken Follett y Santiago Posteguillo; entre los inesperados éxitos deportivos cosechados por el club y los turbulentos escándalos mediáticos en los que acabó inmerso en el sector cuprífero.

Y es que en abril de 2016, 29 personas fueron declaradas responsables de un millonario robo de concentrado de cobre sufrido por Codelco entre 2011 y 2014. Un año después, dos ex funcionarios de la empresa estatal investigados por el Ministerio Público en el marco de la trama, Daniel Lecaros y Manuel Meriño, fueron absueltos por la Fiscalía e indemnizados por despido injustificado. Moreno, abogado a cargo de la División, quedó entonces en el punto de mira. "Sebastián es un hombre íntegro, una persona seria y responsable que actuó como correspondía", asegura Claudio Flores (55), ejecutivo de Codelco y amigo del jurista. Una afirmación que no comparte Manuel Meriño, jefe de maquinaria pesada de la cuprífera durante 13 años y hoy trabajador independiente: "Moreno había sido advertido del robo de concentrado, pero con tal de tapar su negligencia hizo daño a trabajadores, supervisores e incluso superintendentes. Manipuló auditorías para que nos echaran como perros a la calle. Nos acribillaron, nos mataron en vida. Pusieron en duda nuestra reputación diciendo que estábamos involucrados en el robo del concentrado. Quién en la minería se iba a arriesgar a contratarnos. Nos usó como cabezas de turco. El fútbol chileno no merece tener como presidente a un ladrón como Moreno".

En 2015, el mismo año en que Cobresal salió campeón y en que su mujer, Francisca, quedó embarazada de Santiago (3), su segundo hijo, Moreno y Codelco rompieron relaciones contractuales "de mutuo acuerdo" (según las fuentes notariales consultadas) pero en una desvinculación sobre la que jamás se llegó a emitir comunicado oficial. Y sobre la que la cuprera (empresa pública que no presta servicio público y que no se encuentra sujeta a la ley de transparencia) no quiere entregar tampoco antecedente alguno. "Según tengo entendido, fue de común acuerdo con la empresa. Y ahí Sebastián comenzó a vincularse 100% al fútbol", explica Flores.

Tras abandonar su hogar del sector Americano de El Salvador para radicarse en Santiago, en 2016, el hoy miembro permanente de la Comisión de Gobernanza y Transparencia de la Conmebol, comenzó a desempeñar el cargo de secretario general de la ANFP. El puesto que ocupaba cuando se vio involucrado en el Caso Facturas (un viaje de su mujer cargado inicialmente a las cuentas federativas). "Sebastián estaba muy involucrado en el proyecto integral del equipo, siempre estaba un paso adelante en el aspecto logístico. Tiene las capacidades, la predisposición y la vocación para ser presidente", proclama Dalcio Giovagnoli, técnico de aquel Cobresal campeón en 2015. "Tiene su carácter Sebastián, pero es un tipo mesurado, cercano, que siempre presta el hombro a los amigos", agrega Juan Silva, gerente deportivo del cuadro minero desde 2007. Y Christian Cortés, ex trabajador del club y hoy empleado de Codelco, culmina: "Independiente de su gestión, de su trabajo afuera, de su vida personal, va ser recordado siempre como el presidente que sacó a Cobresal campeón. Eso no lo borra nadie". Joven, ambicioso y con un carácter continuista (pese a que su relación con Salah no pasa por su mejor momento), el presidente milagro de Cobresal, el abogado que sigue generando recelo, el raquetbolista,  cumple su sueño de gobernar Quilín.