La inolvidable patada de Cantona a un hincha de Crystal Palace
El nuevo episodio racista sufrido por Vinicius Junior trae a la mente la reacción del francés al ser insultado por un fanático.
El pasado fin de semana se vivió un hecho lamentable en el fútbol hispano. El atacante brasileño Vinicius Junior fue víctima de dichos racistas por parte de algunos fanáticos en el estadio Mestalla cuando el Valencia recibió al Real Madrid.
La situación poco a poco se descontroló cuando el brasileño dejó de lado el partido para irse contra una de las galerías, señalando con el dedo a quien había hecho los gritos y gestos racistas. A consecuencia de esto, poco después lanzó un potente mensaje en sus redes sociales.
“No era la primera vez, ni la segunda, ni la tercera. El racismo es normal en LaLiga. La competición cree que es normal, la Federación también y los adversarios la alientan. Lo siento. El campeonato que alguna vez fue de Ronaldinho, Ronaldo, Cristiano y Messi hoy es de los racistas”, lanzó.
“Una hermosa nación, que me acogió y a la que amo, pero que accedió a exportar al mundo la imagen de un país racista. Lo siento por los españoles que no están de acuerdo, pero hoy, en Brasil, España es conocida como un país de racistas. Y desafortunadamente, para todo lo que sucede cada semana, no tengo defensa”, complementó.
Distinta reacción
Esta reacción trae a la mente una situación similar, pero que terminó con consecuencias muy distintas tanto para la víctima como para el agresor. Esto se dio en el duelo entre Manchester United y Crystal Palace desarrollado el 25 de enero de 1995.
En aquella oportunidad la víctima de los insultos fue el francés Eric Cantona. El delantero había sido expulsado en los 4 minutos del segundo tiempo. Mientras se retiraba de la cancha escuchó desde uno de los asientos insultos.
“Ándate a tu país, francés hijo de puta”, escuchó, reaccionando de inmediato lanzando una parada voladora que ya es parte de la memoria colectiva del fútbol.
Y de arrepentimiento, nada. Una de las frases que dejó después fue que “patear a un fascista no se saborea todos los días; me arrepiento de no haberle pegado más fuerte”.
A consecuencia de esta acción el futbolista galo recibió una suspensión de nueve meses sin jugar al fútbol, una multa de 30 mil euros y 120 horas de trabajos comunitarios.
Por su parte el hincha, identificado como Mattew Simmonds, también sufrió las consecuencias de sus actos. Perdió su trabajo y la relación con algunos amigos y familiares. “Nada de lo que dije justifica nada de lo que me ha pasado desde entonces. Cantona me acusó de cosas tremendas. Él Arruinó mi vida”, aseguró.
Claro que cuando la prensa inglesa comenzó a indagar quién era Simmonds descubrieron que había participado en actos de la extrema derecha y que se definía como racista. En su prontuario figuraba una condena por un intento de robo y una agresión contra un entrenador de fútbol de series infantiles.
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