El Superclásico ya se está jugando hace varios días. Tanto Universidad de Chile como Colo Colo viven la semana de una forma especial. Los primeros, con la intención de que el encuentro, que se jugará en Talca, se transforme en el impulso que los ayude a salir de la parte de la tabla y, de paso, de romper una larga sequía de triunfos ante el Cacique. Los segundos, con el objetivo de mantenerse en el tope de la tabla y de seguir estirando la supremacía que ostentan sobre el archirrival.
Los hinchas también juegan el partido, desde una trinchera distinta. Primero en las redes sociales y, hoy, en el último aliento a los jugadores, al menos en la trinchera alba. El estadio Monumental, de hecho, se transformó, otra vez, en el escenario del denominado Arengazo, una práctica a la que se permite el ingreso de público, en una concesión que se realiza antes de los partidos de alta relevancia, como los choques ante la U. La asistencia fue multitudinaria.
Más de 10 mil fanáticos colmaron los sectores Cordillera y Galvarino del recinto albo. La consideración no es causal: la cifra supera el límite que se establece para los partidos del Campeonato Nacional para la etapa de Medio Impacto Sanitario del plan Paso a Paso, que apunta a controlar los contagios de Covid-19. Para colmo, resulta evidente que no existía la debida distancia social, aunque ese factor no se ha considerado desde el retorno del fútbol después de la etapa más crítica de la pandemia.
Autorizaciones solicitadas
Colo Colo puso en conocimiento de la Delegación Presidencial de la región Metropolitana la realización de la actividad. La diligencia es obligatoria, considerando que se deben asignar recursos para garantizar las condiciones de seguridad del recinto y su entorno. La repartición entregó la debida autorización y estableció una exigencia fundamental: cédula de identidad y pase de movilidad habilitado.
Al Monumental asistieron personeros vinculados al plan Estadio Seguro, pues los entrenamientos forman parte de las actividades conexas que están sujetas a la Ley 19.327, relativa a los Derechos y Deberes en los espectáculos de fútbol profesional. En el departamento dependiente de la subsecretaría del Interior informaron preliminarmente a El Deportivo que el aforo solicitado por el Cacique era inferior al límite de 10 mil personas que rige para los encuentros, precisamente con la finalidad de respetar el límite establecido por razones sanitarias.
Los albos, en cambio, acotan que solicitaron la máxima capacidad disponible para el efecto y que tal cifra fue autorizada, por lo que aducen que cumplieron con todas las exigencias. Añaden que se acordaron dos medidas concretas: abrir el sector Galvarino en el efecto de que colapsara Cordillera y cerrar las puertas apenas la concurrencia controlada superara los 10 mil espectadores.